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Bogotá, mayo 9 de 2016

¿Ahora son las bicicletas las que se dopan?

Lo que le ocurre al ciclismo, que no es ajeno en otros deportes de alta competición, es algo de nunca acabar, los pedalistas hacen lo inimaginable para ganar una prueba; lamentablemente no hablamos solo de ciclistas profesionales.

El ritmo de competición del ciclismo moderno ha llegado a niveles muy altos, los pedalistas deben competir buena parte del año en extenuantes y largas pruebas en las cuales tienen que forzar su cuerpo a niveles a veces por encima de sus límites y como ellos mismos lo reconocen, eso no se logra solo con entrenamiento o con caramañolas rellenas de agüita del grifo. No se puede negar, el dopaje es una parte integral del deporte de alta competencia, los controles antidopaje van uno o dos pasos atrás de los desarrollos de los laboratorios que trabajan día a día en búsqueda de sustancias milagrosas invisibles o muy difíciles de detectar y que permitan multiplicar las fuerzas.

Desde 1998, gracias a lo que llamamos en esta web la Belle-EPOca cientos de ciclistas ganaron las grandes pruebas en Europa , denuncias como la que hizo en su momento el ciclista del Kelme Jesús María Manzano, a quien despidieron seguramente por “sapo”, afortunadamente fueron retomadas años más tarde por  investigadores de la famosa Operación Puerto. Luego fue la paciencia de un sabueso llamado Travis Tygart ejecutivo de la Agencia antidopaje de los EE.UU quien persiguió y siguió el rastro durante años hasta acabar con la falsa leyenda del Texano Lance Armstrong, un ídolo de barro.

Esas acciones importantes lograron detener (¿o minimizar?)  el uso  del EPO, pero ¿alguien puede garantizar que hoy no se usan sustancias dopantes sustitutas? . Me resisto a creer que cada vez el agüita de tubo sea más efectiva.

Según un interesante artículo publicado en El País de España, “Hasta la II Guerra Mundial, el dopaje tenía tintes folclóricos: cafeína, éter, sangre de toro en ampollas, testículos aplastados de animales salvajes y las célebres "bolas de 4" con estricnina. La guerra popularizó las anfetaminas, muy apreciadas en especial por los pilotos de cazas. Las anfetaminas se extendieron entre los ciclistas durante los años cincuenta y sesenta. Era la "bomba" de Fausto Coppi, la "dinamita" capaz de hacer literalmente explotar el cuerpo por hipertermia. El 13 de julio de 1967, el británico Tom Simpson cayó fulminado durante el ascenso al Mont Ventoux. Durante la siguiente década, aunque las anfetaminas no fueron abandonadas, el "armario de venenos" se enriqueció con varios estantes: los corticoides que se inyectaban a través de la camiseta -"el dardo"-, el "desayuno de los campeones" -los anabolizantes- y, por último, la hormona del crecimiento y la EPO”

Los equipos de marcas comerciales aparecieron en 1962, con ello el ritmo de las carreras se aceleró, las pruebas se alargaron y se volvieron más frecuentes  como dicen desde esa época el ciclismo cambió de piñón, pero para ganar siempre han existido las trampas. Ahora que se han inventado controles como el Pasaporte Biológico, han aparecido otras trampas entre las cuales aparece el denominado DOPAJE MECÁNICO, no se trata de pepitas que nos consiguen los mecánicos, sino de “arreglar” la bici para que vuele.

Desde hace más o menos unos cinco años se ha escuchado y se han difundido imágenes  en el mundo del ciclismo sobre un motorcito eléctrico que va dentro del marco de la bici. ¿Cabe y es  posible?.  Luego viene la argumentación consabida, si no lo han pillado, no existe

Todo empezó con Fabian Cancelara: En el Tour de Flandes 2010, deja botado a Boonen en el Muur-Kapelmuur, como si llevara una moto. Luego en la Paris-Roubaix 2010, Cancellara se escapa de una forma poco natural, sin siquiera pararse en los pedales, sentadito pero pedaleando de una forma demasiado enérgica para creerle. Ver video

Aunque no lo pudieron probar se acusó a ese ciclista de que había incorporado un motor oculto en su bicicleta. En la TV se mostraron luego  imágenes relacionadas con Chris Froome o Alberto Contador cuando pegaban “arranconazos”  increíbles. En un reportaje que transmitió  la televisión francesa,  Jean-Pierre Verdy, ex director de controles de la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje, señaló que “se sospecha de corredores de muy alto nivel, pero mientras no haya pruebas, no se puede acusar".

Pero al parecer el tal motorcito ese si existe, veamos:

En abril del pasado año L'Équipe publicó en su edición un artículo que tituló: "Motores en las bicicletas, ¿una bomba de efecto retardado?". Para apoyar su información, el diario francés habló con un ingeniero húngaro que se dedica a la fabricación (una docena al año) de estos aparatos, Istvan Varjas. Según este especialista, los motores se usan desde 1998 y su evolución ha sido tal que no se detectan en la actualidad: "Son totalmente silenciosos e ilocalizables para los mecánicos. Disponen de distintas medidas de potencia y de mayor o menor autonomía". Según Istvan, este tipo de motores se usan desde 1998, y han ido evolucionando de forma importante hasta nuestros días. Son completamente silenciosos y no hay rastro de ellos fuera de la bici, pudiendo ir colocado en la barra vertical en la que descansa el sillín, o bien en los bujes de las ruedas. Son del tamaño de una USB y estarían conectados con el pulsómetro de los corredores.

Así, podrían entrar en acción como una ayuda suplementaria cuando el corazón alcanza el umbral máximo de esfuerzo. Varjas asegura que nunca ha vendido sus productos directamente a nadie del pelotón (estaría para decir a quien lo vendió, ni bobo que fuera) , pero que lo ha hecho a través de gente en Mónaco, a un precio que va "de 100.000 a 150.000 euros". "A los aficionados les costó una década creer que se utilizaba EPO. Es lo mismo para los motores, y se emplean desde hace 17 años", concluye categórico.

El periódico italiano Corriere della Sera y el programa Stade 2 de France Télevision 2 informaron que siete ciclistas engañaron al resto usando motores en la Strade Bianche, la clásica de los caminos de arena en Italia. Los reporteros filmaron a los ciclistas con una cámara oculta y térmica, que muestra en color amarillo brillante y naranja las fuentes de calor, donde se supone que van ubicados los motores. Ni el Corriere della Sera ni France 2 dieron nombres de ciclistas. El programa compartió las imágenes de colores con el presidente de la UCI Brian Cookson. "Humm Interesante", dijo Cookson.

Pero finalmente llegó la Prueba reina, el 3 de febrero de 2016 en los Mundiales de ciclocross de Heusden-Zolder (Bélgica), un inspector de la Unión Ciclista Internacional (UCI) encontró el famoso motorcito del que tanto se hablaba,  en  la bicicleta de la hermosa corredora Femke Van den Driessche una de las favoritas de la categoría. Para descubrirlo, utilizó una tablet equipada con un detector de calor y ondas electromagnéticas, una arma de detección que la UCI tenía oculta (para evitar posibles fraudes).

Van den Driessche explica que fue consciente de que algo estaba pasando “cuando me retiré. Rompí la cadena y me tuve que bajar. Entonces me dijeron que iba a tener que ir a explicar cosas porque había algo que no estaba bien con mi bicicleta. Lo primero que hice fue preguntarle al mecánico de dónde había salido esa bicicleta, que ahora sé que es de un amigo mío. Es una bicicleta que me compró hace ya tiempo. Yo la he usado en temporadas pasadas y es una bicicleta idéntica a las que uso para competir. Ese amigo había estado reconociendo el circuito con mi hermano y la había dejado apoyada contra nuestra furgoneta. Uno de mis mecánicos debió de equivocarse y pensar que era una de las mías y la limpió y se la llevó al box”. “Ese chico entrena de vez en cuando conmigo y con mis hermanos, pero yo no sabía que tenía un motor instalado en su bicicleta. Nunca me lo había contado. Es todo una enorme equivocación y estoy enormemente desolada. Me siento muy mal”.

Pensando ya en su futuro y con lágrimas en los ojos la joven corredora reconoce que “ahora mismo creo que mi carrera como ciclista se ha terminado, pero espero poder tener una segunda oportunidad. No tengo ningún miedo si quieren inspeccionar todo mi material”.

No se Uds. pero yo habría inspeccionado "todo su material" y al final la hubiese perdonado, eso si, condenaría al maloso ese de su amigo, que la engañó.

Ahora si  la Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC) y la Unión Ciclista Internacional (UCI), dicen que  se trata de un problema muy serio y que están practicando "pruebas contra el fraude tecnológico desde hace varios años. "En el último año hemos probado las imágenes térmicas, los rayos X o los test de ultrasonidos, pero la resonancia magnética es el método más eficaz, fiable y preciso". Recalcan también que ya ejecutan controles a gran escala, como 216 bicicletas en el Tour de Flandes y 224 en la París-Roubaix, y no bajarán la guardia.

Hay un elemento nuevo a seguir en las carreras, y ese es el cambio de bicicletas que se realizan durante los trayectos. Los equipos alegan que es mejor cambiar la bici para afrontar las diferentes topografias en una etapa, pero esos cambios temporales podrían estar relacionados con el uso del dichoso motorcito en algunos trayectos y luego retomar la normal. Esto me hace acordar de los cambios de bici que hace un compañero en CicloBR, si que le rinde, no será que.... no, no, ni lo piensen, tranquilo Rei es solo una broma, sabemos lo duro que Ud. entrena con su muleto.

En este video de Teleantioquia Carlos Mario Jaramillo y el mecánico de Postobón nos ilustran sobre el motorcito, que como ven ya está en Colombia. Ver video>>. Humm muy interesante, digo yo.

Estoy tratando de averiguar el precio, seguro que ha bajado y hasta debe haber uno hecho en Colombia, quien quita que me lo pueda comprar, sería la única forma de  “darles en la cabeza” a Camilo y  otros de mis  compañeros de la A y la B en CicloBR que me la tienen velada.

Eso si le solicito al Comité de Ciclismo que para reemplazar la vieja camarita que usamos en CicloBR, por favor no vayan a comprar una de estas:


Hablando de trampas Nuestros colegas de Altimetrías de Colombia publicaron el mes pasado un interesante artículo, que titularon “Trampas y artimañas en el ciclismo”, se refieren a las tradicionales trampas para ganar competencias, si bien no mencionan el Dopaje mecánico, detallan otras perlas muy de moda, ver artículo.

 

Feliz semana.
¿ El domingo 15 vamos a Cachipay o a Zipacón?

 

 

 

 


 

 

 
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