Bogotá marzo 19 de 2023

PRIMERA CONTRARRELOJ DEL AÑO

A Santa Rosita o al Charco deTocancipá

Todo presagiaba que iba a ser otra etapa cancelada, el invierno no cedía y para completar varios colegas enviaron un video en el que se ve veía cómo el sábado en la tarde una fuerte lluvia y granizada causó el desbordamiento de un rio en el sector Tocancipá, km 26+200, colapsó el alcantarillado y obligó al cierre total de la vía en ambos sentidos; y justo nosotros transitaríamos hoy por ese sector.

Seguramente entre los cien dioses de la Mitología griega debe haber varios que ayudan a los ciclistas, opino que deben ser Cronos dios del tiempo y Poseidón dios de los mares y de los ríos. O de pronto solo fueron, la Virgen del Socorro patrona de las lluvias, San Pedro y San Isidro quienes nos ayudaron hoy. El caso es que el día que nos tocó hoy fue esplendoroso, pasamos por Tocancipá y ni rastros del desbordamiento, pensamos que íbamos a tener paso restringido, pero la vía estaba en perfecto estado.

Hoy le correspondía el turno como conductor elegido a Gustavo, amablemente se ofreció a reemplazar a Pablito quien por un accidente de Sandrita su esposa le toca dedicarse a su cuidado y al oficio de la casa. Pero Orlando Carrillo, incapacitado por una severa gripe decidió cambiarle el turno y salir de “eso”. Lo curioso es que Gustavo no asistió hoy.

Tuvimos el quórum mínimo, 11 pedalistas: William D., Guillermo, Duberney, Héctor, José Gabriel, Wilfran, Orlando C., Fernando, John y Eduardo, y Orlando M.

El Tocayo llegó con su camioneta cargada de líquidos como para 50 pedalistas, tenía: Pony Maltas, agua, Gatorade, además galletas y bocadillos. Gracias Orlando por ese gran detalle para sus amigos, menos mal esos productos no se vencen tan ligero, si le hubiera dado por comprar bananos habría enfermado Marilú con dulce de banano, jugo de banano, compota de banano y helado de banano.

El parqueadero de don José estaba repleto, a las 7:30 a.m. partía de allí una prueba contrarreloj que terminaba en Tocancipá,

un total de 16 kmts, en varias categorías, había incluso ciclistas hasta con ruedas lenticulares, uno de ellos resultó ser un cliente de Duber.

Decidimos partir antes para evitar que nuestros pedalistas se emocionaran y se fueran tras los competidores, pero justo a los 4 kmts pinchó Héctor, muy de malas su llanta “parece nueva”.

Como cosa curiosa paramos todos y lo que sobró fue mano de obra para esa rueda; el conductor elegido no aparecía, pero llegó justo con la bomba para la fase de inflado y colocación del neumático. Héctor partió orgulloso con su rueda reparada y luego sus solidarios compañeros, Fernando y los Bedoya prendieron la chispa y por supuesto la respuesta no se hizo esperar, respondieron Duber, William, Wilfran, en minutos se organizó una etapa contrarreloj hasta el puente de Sesquilé (28 kmts), con puntilla en el Roble, cuenta Fernando que levantaron hasta 50 kmts.

Con el acompañamiento de Don Guillo logré alcanzar a Héctor, al “Toche” y a Willy. Guillermo pasó adelante y advirtió a sus pupilos que me les acercaba. Finalmente, esta vez, logré evitar el último lugar en la tabla de tiempos.

Cuando llegamos al puente de Sesquilé los competidores llevaban un buen tiempo esperando, se veían algo aburridos, Eduardo por supuesto se quejaba de la “paradera”, yo creo que pararon porque en la subida hacia el Sisga había un trancón de la Madona como nunca habíamos visto, de otra forma la contrarreloj hubiese sido hasta el Sisga. Afortunadamente nosotros íbamos para Santa Rosita por la vía a Suesca.

Estábamos prestos para partir, alguien preguntó ¿quién falta?, entonces caímos en cuenta que no había llegado Guillermo, varios minutos después apareció, venía con una llanta bajita y no tenía inflador. Lamentablemente nuestro conductor elegido no se percató, le jalaron las orejas por no ir pendiente del último pedalista, lo disculpamos realmente era su primer turno en esa tarea más bien culpa nuestra por no contarle sobre las reglas de juego ni hacerle el curso de inducción. Ajustamos coordenadas y nos encaminamos hacia la vía a Suesca. Guillermo insistía en que la programación decía "Sesquilé - Santa Rosita. luego entendimos que el había invitado a unos familiares, habían salido antes y parece que iban subiendo al Sisga.

La vía a Suesca está en trabajos de reparación a la entrada, pero podíamos pasar sin problemas hasta que llegamos al inicio de la rampa que nos lleva a Santa Rosita. Nuestros ciclistas estaban hoy con chip de contrarrelojeros y no bien inició la rampa comenzaron una segunda prueba individual en el ascenso, igual que en la anterior no me consta porque en la primera curva perdí la visual y se me desaparecieron, pero Guillo cuenta que subieron con Wilfran “espantados”, perseguidos por Fernando, los Bedoya y el paisa.

Pude alcanzar a Willy y en su compañía hicimos la subida a buen ritmo, escoltados y animados por un vehículo que llevaba sus bocinas a lo que da el Dolby, inició con esta pieza,

Me imaginé que algún "pelado" rockero venía acompañando a un ciclista joven que subía con William, pero la sorpresa fue cuando pasó, se trataba del quinceañero Carrillo, luego siguió con Michael Jackson y otros éxitos del pop y de repente cambió al vallenato; la verdad sirvió mucho la agradable música de acompañamiento y nos dio ritmo hasta llegar a Santa Rosita donde hacia un buen rato nos esperaban.

Retomamos el camino de regreso, justo cuando empezaba a subir un grupo numeroso de jovencitas y jovencitos luciendo lo último en uniformes de marca, cascos, con orejitas, camisetas y bicis costosas. A los amantes de la moda del ciclismo se les haría agua la boca. Con ellos venía una “Vikinga” hagan caso y cuenta un Javier y medio de alta y un Márquez y medio de ancho,

Se les quedaba un poco pero no se dejaba tenía potencia para manejar ese peso. Los CicloBeres, los acompañaron un rato, se deleitaron viendo la millonada que invertiieron esos jóvenes en equipo, pero pronto se aburrieron y los dejaron. Guillermo me venía acompañando y así logramos superar a la Vikinga, pero no fue tarea fácil, la llevaban escoltada, pero se defendía bien subiendo.

En el cruce de la autopista, ya estaban todos esperando, me imagino que "hacía un buen rato", otra vez noté sus caras de aburrimiento por “tanta paradera”. Siga, siga!! me dijeron. Qué pena, pero es lo que hay.

Héctor y el “Toche si habían aprovechado para tomar una ventaja. Subimos prácticamente en grupo el último repecho antes del peaje, pero en el descenso los perdí, pasando el peaje alcancé a Willy y los vimos a los lejos, hicimos el esfuerzo y luego de un par de kmts de intensa persecución, finalmente les llegamos uff!!. Pero justo en ese momento el tocayo pasó adelante con su vehículo y lo puso adelante para cubrirlos, quien dijo miedo, los activó otra vez en modo contrarreloj, fue la última vez que los vi, luego se perdieron a a la distancia siguiendo la estela del carro de Orlando, ya era imposible alcanzarlos, así que puse un ritmo APLL, es decir Apenas Para Llegar pues faltaban más de 35 kmts. Nunca supe en qué orden llegaron, pero calculo me tomaron más de 30 minutos.

Me dio pena con el tocayo, pensaba en que se le iba a recalentar la camioneta, estuve a punto de decirle que avanzara para que le llegara a los de adelante, pero él estaba cumpliendo lo que prometió: ir con el último; a veces me ponía el vehículo, pero la verdad solo yo ya quería llegar sin gastar más energía pues era en vano.

Terminó así la contrarreloj anticipada, me alegró ver que todos la disfrutaron al máximo.

Cansado y con algo de bronca conmigo mismo, por primera vez en muchos años, opté, por no asistir a la tertulia, seguramente habrían preguntado ¿Qué le pasó? Y yo no tenía la respuesta precisa, ¿sería el parón obligado por gripa?, ¿falta de preparación? ¿de pronto los años?, talvez todas las anteriores.

Con nostalgia, decidí hidratarme con una fría en casa, pero descubrí que lo bueno de la tertulia no es eso, es disfrutar de la compañía de mis amigos, escuchar sus comentarios y parar las antenas para redactar la crónica, que hoy seguramente ha resultado poco entretenida, dudo que los lectores hayan llegado hasta acá. Mil excusas.

Finalmente, hoy entendí que Eduardo tiene toda la razón, es aburrida tanta paradera, cada etapa debe ser como hoy arrancar y darle de una en modo contrarreloj individual; me quedó claro también que uno solo debe asistir cuando tenga una buena preparación, de lo contrario es mejor quedarse en casa o hacer etapas más cortas en solitario por otras rutas para no afectar la dinámica del grupo.

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PD: Hoy conversé con Pulga y acordamos posponer la contrarreloj para después de semana santa, dado que, en su mayoría, debido al invierno, la gente no ha tenido tiempo de prepararse. Se mantiene el punto de encuentro en Mosquera, pero la idea es que vayamos hasta el PIN y los que se le quieran medir, bajen a Santandercito.

Les deseo una alegre y feliz semana