Bogotá Noviembre 4 de 2018
Atacamos la cumbre del Águila por dos flancos simultáneamente.

En la foto de portada, estamos descansando en el “El Supermercado de Todito”, una tienda a 300 mts abajo del Alto del Águila a 3.185 metros sobre el nivel del mar, donde habitualmente paramos para rehidratar, acabamos de coronar la cumbre por sus dos vertientes y de manera simultánea. Expliquemos.
Diez ciclistas, más nuestro conductor elegido de hoy William Trejos, han hecho el recorrido Centro Chía Alto del Águila, en total 31,8 kmts de los cuales 16 en ascenso.

Alberto Rivera, quien estaba de puente en Pacho, hizo 23 kmts, 21 en ascenso hasta el Alto del Águila. De esta manera atacamos la cumbre por los dos flancos en forma simultánea.
Nuestro día ciclístico comenzó en Centro Chía, en un día algo nublado y bastante helado, pero que no presagiaba lluvia. Luego de recibir las frutas y demás viandas que amablemente nos trajo el mono Trejos, partimos a las 7:48 a.m.
Vale la pena resaltar el cumplimiento del horario de salida, los Pulga, fueron los primeros en llegar con Marcolino. Además, el Chinazo, Pablo, y Giaco quienes venían en bici desde Bogotá, llegaron cumpliditos.

Fue solo partir y de inmediato el cielo se fue despejando dando paso para que el sol hiciera su trabajo. La repentina aparición del astro rey nos cogió con las chaquetas puestas pues la verdad no creíamos que el clima cambiaría tan pronto, así que nos tocó seguir hasta Zipaquirá enfundados en los plásticos.
Superamos el caótico tráfico de Zipaquirá soportando la contaminación que genera la quema del diésel en las busetas de servicio urbano, afortunadamente en minutos llegamos a la salida hacia Pacho, justo cuando completamos 20 kmts. En la primera curva el terreno se nos opone, avisando que si no aliviamos con piñonería más suave no la tendremos fácil.
Tenemos que recorrer 5.5 kmts para alcanzar el primer objetivo de montaña, el alto del Zipa, la carretera se ve aún en perfecto estado, no vimos un solo hueco. Giaco encabeza el grupito que asciende en el cual están Eduardo, Geoffre y Pablito. Solo por picarlos, en una de las rampas no muy duras los paso indicándoles que los espero arriba; como lo esperaba Eduardo me alcanza y me dice. “Verriondas las pepas que se mandó Chino”, Pablito tambien pasa y susurra algo similar. Como decía Pachito, todo lo del pobre es robado.

Así los acompaño hasta un kilómetro antes de la meta, Giaco ha acelerado y se lleva al grupito, preciso cuando empiezan las curvas con las rampas más pendientes, allá veo a Geoffre metido entre los duros, ha cogido la forma rápidamente, se encuentra casi listo para Icononzo .
Terminadas las curvas duras aparece a la izquierda una casita azul con una imagen de la virgen esto nos indica que en la siguiente estaremos en el alto. Justo cuando voy a coronar en el Zipa llega Fernando, me dice que cerca vienen Ana, Marcolino y Pulga, quien viene acompañando a Nobile.
Luego del Alto debe aparecer la bajada, que recordamos por la serie de cebras, que eliminaron. En adelante la carretera se ve que fue re parchada, lo malo es que reforzaron los taches con reductores de velocidad de plástico de esos duros que nos hacen saltar.
Adelante van Giaco, Eduardo, Geoffre y Pablito. Los siguen Fernando, Marcolino y Ana, Pulga y Nobile.
Este tramo del Zipa al Águila tiene once kmts debemos ascender de los 2984 a 3185 msnm, pero la ventaja es que no todo es acenso parejo, pues hay bastantes repechos con bajadas que nos permiten descansar, hasta un largo descenso de medio kilómetro en donde el plato grande ayuda a devorar la distancia antes de llegar a los tres kmts finales que, si son de ascenso sin ningún descanso, con desnivel del 9,5% al final.

Todos logramos coronar el alto del Águila, incluidas Nobile y Ana que dieron una demostración de coraje y se trenzaron en una dura batalla. Alberto Rivera se la gozó haciendo repeticiones en los 200 metros finales una y otra vez acompañando a cada ciclista que veía aparecer, luego se despidió y regresó a Pacho donde lo esperaba un asado familiar.
Nosotros a desandar el camino para llegar a Centro Chía.
En el plano luego de superar Zipaquirá nos pasó un lote con unos 10 pedalistas que bajaba del alto del Águila, como veníamos a paso moderado nos echaron un vainazo: A un lado muchachos que esto es caminando, eso sonó petulante. Dándomelas de indignado, decidí pegarme a ese lote que comenzaba a acelerar cada vez más, yo tenía intenciones de pasarlos así fuera por unos segundos para que vieran que éramos del grupito que habían menospreciado (iluso que es uno), la verdad apenas si me sostenía atrás, anhelaba que otros compañeros me hubieran acompañado en este proceso reivindicativo. Cuando ya me estaban haciendo luz y pataleaba para no quedarme, apareció la caballería de CicloBR, Marcolino, Fernando y el General Pulga, ellos tomaron el relevo y se fusionaron en el grupo, mientras yo pagaba la osadía viendo cómo se me alejaban en el horizonte, quedé flotando, atrás venían Giaco, Pablo, Nobile, Ana, Eduardo y Geoffre
Como se imaginarán, Pulga no se aguantó y los remató en la llegada a Chía, estaba en su terreno. Los amigos del camino volvieron con las indirectas y le dijeron que venía en cuerpo ajeno como quien dice Ud. que hace acá si no es de nuestro grupo. Un poco presuntuosos los colegas, pero a decir de Pulga “quedaron rabones”.
Tarea cumplida, 72 kmts excelentes con buena dosis de montañita.
Agradecemos a W. Trejos por su colaboración como conductor elegido, curiosamente la primera vez que hicimos esta ruta, el , el mono fue nuestro acompañante en su vehículo.
Como podrán ver en una de las fotos, de esa salida del 2015 (no es un montaje), Armandito aparece luego de haber llegado hasta el mismísimo nido del Águila, en esa época, no hace tres años, aunque no lo crean era un esbelto y duro ciclista que nos daba sopa y seco en la montaña. Pero tranquilos está trabajando para demostrar en Icononzo que su casta de escarabajode los Salcedo- Torres sigue presente.
FELIZ SEMANA!!

PD-Chisme: Vamos a ser un poquito infidentes, no es nuestra costumbre, esperamos que Sandra, la señora de Pablito, no lea estas crónicas, de lo contrario estaríamos en problemas, arriesguémonos, qué carambas, no me puedo quedar con este chismecito en el tintero.
Resulta que hoy mientras todos recogían su refrigerio, antes de partir, vimos a Pablito lelo observando a una joven y esbelta morena, bonita ella. La miraba de arriba abajo, se le acercó varias veces, no le podía quitar la vista, al final no se aguantó, ya quería tocarla, definitivamente eso fue amor a primera vista.
El enamoramiento repentino fue de tal nivel que arregló todo para quedarse con ella, Dios Santo qué pensará Sandra, no quiero ni pensarlo, pero cuando el amor llega así de esta manera uno no se da ni cuenta, dicen que uno no puede perder la flor que le dan porque después de esta vida no hay otra oportunidad, hola esto parece la letra de una canción. La hermosa negrita resultó ser de origen alemán, no parecía, pero así es pues lo confirmó uno de nuestros colegas que justamente fue quien la trajo de Europa, ella es de la familia Canyon para más señas oriunda de Coblenza Alemania.
Como ya habrán podido deducir, se trata de la bici que estaba vendiendo Giaco y digo estaba pues Pablito decidió comprarla, gracias al precio y facilidades que le dio.

Enhorabuena Pablito, ahora si el Chinazo dejará de darle palo, se igualan las condiciones, esperamos que Sandra comprenda. Ya me acordé de la canción que me retumbaba, Pablito, le recomiendo que cuando lleve a casa a la negrita de cambios electrónicos vaya con Marcolino y su cuatro para que le den una serenata a Sandra , allí se explica poqué no se pueden dejar pasar las oportunidades.
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