VIRTUAL: Que solamente existe de forma aparente y no es real. El concepto, está asociado a lo que tiene existencia aparente, opuesto a lo real o físico |
De las Sensaciones al Potenciómetro
ENTREVISTA VIRTUAL CON GINO BARTALI
Hace tiempo teníamos la inquietud de saber qué pensarían, sobre todas las ayudas tecnológicas que utilizan los ciclistas actuales, los primeros ciclistas participantes en las grandes vueltas como el Tour y el Giro, protagonistas de aquellas etapas épicas.
Buscamos en la historia del ciclismo y escogimos a Gino Bartali, nos pareció que era el más indicado pues se dice que fue uno de los últimos representantes del ciclismo clásico, en el que la tenacidad, la valentía, la inteligencia y la capacidad física innata era lo que prevalecía, antes de que se diera paso al ciclismo más tecnificado y sistemático que representó primero su rival Fausto Coppi y posteriormente el francés Jacques Anquetil. Aquella fue una época en la que no era raro ver a los ciclistas fumarse un cigarro entre etapa y etapa o parar en una tienda de carretera a tomarse un vino en plena competencia o comerse un buen trozo de jamón o de pescado, la especialización en el deporte no había llegado y los ciclistas competían con los mismos hábitos en comida y bebida usuales en la sociedad donde vivían.
Bartali, fue un pedalista italiano, a pesar de su fuerte contextura física era un excepcional escalador, obtuvo el premio de la montaña del Giro de Italia en siete ocasiones y dos veces en el Tour de Francia. Ganó el Giro de Italia en 1936 y 1937 y 1946, y dos Tour de Francia en 1938 y 1948. Además de sus victorias en esas Grandes Vueltas, venció en la Vuelta al País Vasco, Vuelta a Suiza, Giro de la Toscana. Obtuvo en cuatro ocasiones el Campeonato Nacional Italiano de Ruta y varias clásicas de un día, como la Milán-San Remo, y el Giro de Lombardía, en fín en total 91 triunfos.
Gino compitió hasta el año de 1954 cuando decidió retirarse luego de ocupar el puesto 13 en el Tour de Francia. Falleció en el año 2000 a los 86 años de edad de un infarto cardíaco. Gracias a la tecnología logramos ubicarlo y además convencerlo de que nos atendiera unos minutos, para conversar un poco sobre tecnología en el ciclismo. Estas fueron sus apreciaciones sobre el tema que le propusimos:
Ciao Gino, ¿come stai?.
Molto bene grazie. Felice di essere con te.
Gracias por concedernos esta entrevista, no fue fácil localizarte.
Scusa non lo sapevo, molto felice di parlare con te.
Gino, perdona, no hablo italiano, vamos a utilizar un traductor, lástima, tenemos dos italianos en el grupo, pero ahora mismo estamos aislados por la pandemia de Coronavirus.
Va bene, capito, adelante amigo colombiano.
Antes quiero decirte que me enteré de lo de la pandemia, muy triste sé lo que han sufrido en el mundo, lo lamento por todos, también por mi gente. En Italia sufrimos la Epidemia de la gripe en 1918, mató a millones de personas en Europa, yo tenía solo cuatro años, mis padres me contaban que llegó de Estados Unidos con los soldados. Triste, que ahora por esa pandemia se hayan tenido que aplazar El Giro y el Tour, curiosamente también eso me tocó justamente a mí, las carreras se suspendieron durante siete años por causa de la Segunda Guerra Mundial, y la Vuelta a España durante dos años, pero era necesario tanto hoy como en aquellos días.
Gracias Gino, ¿Por qué te llamaban “Ginettaccio”?
Alguno de mis rivales, a quien vencí en las primeras carreras en mi tierra natal Ponte a Ema en la Toscana, me puso ese soprannome, que significa algo así como Gino el malo o el duro, de pronto por mi apariencia física, era fuerte y no escatimada ningún esfuerzo para ganar en cada competencia, no le temía a ninguno.
Perfecto, entremos en materia, no te vamos a hacer preguntas sobre tu vida, pues hay muchos libros que la narran muy bien. Te escogimos para esta charla virtual porque viviste entre 1914 y el año 2000, así que fuiste un testigo de excepción del ciclismo clásico de los primeros campeones, el “ciclismo en blanco y negro" como lo llaman algunos, y el inicio de la era de los primeros cambios tecnológicos. Te pregunto: ¿cómo eran las bicicletas en esos años?
Mira entiendo que a Maurice Garin, ganador del primer Tour de France en 1903 le tocó correr en una bicicleta hecha en acero, con un solo plato y piñón fijo que pesaba 18 kilos, con ella recorrió los 2.428 kmts de la prueba. Yo fui más afortunado, en el Tour de 1938 corrí con una bicicleta Legano-Italia de 11,5 kgms, y justo cuando se empezaban a utilizar los cambios en los piñones, tenía una palanca en la parte posterior del marco, funcionaba como la barra de cambios de un auto, con esa palanca operaba un descarrilador y así ya podía manejar tres velocidades para terreno plano y empinado.
Hasta unos años antes las bicicletas tenían dos piñones, uno para plano y otro para montaña, ubicados uno a cada lado de la rueda trasera, de tal manera que el ciclista tenía que bajarse y darle la vuelta a su rueda según el terreno.
El descarrilador y los cambios los ideó Tullio Campagnolo, buen amigo mío, representó el gran avance y podía decirse que yo fui el primero en utilizarlos en competencia. Por si no lo sabes, te cuento brevemente la historia:
Tullio era el propietario de una ferretería, fue un ciclista amateur, compitió en carreras importantes, entre ellas Milán-San Remo, Giro de Lombardía. Fue durante una de las carreras cuando se enfrentó al problema que sufríamos todos. Imagínate esto, en 1927 la nieve cubría las carreteras de las montañas Dolomitas italianas, Tullio competía en el Gran Premio della Vittoria iba ganando, necesitaba voltear su rueda trasera para cambiar de marcha porque la montaña apareció, pero las tuercas de mariposa de su rueda trasera se habían congelado y tenía las manos demasiado frías para moverlas, no pudo quitar la rueda y por eso perdió su oportunidad de victoria ese día. Después me contó que mientras luchaba para liberar la rueda, pronunció en medio de su bronca cinco palabras que cambiaron la historia del ciclismo:
"Bisogno cambium qualcossa de drio!" . "Algo debe cambiar en la parte trasera!".
Cuando regresó a su taller dedicó varios años a buscar la solución, así inventó la palanca de liberación rápida de las ruedas (la puntilla) en 1930 y tres años después el desviador de bicicletas de palanca (descarrilador), dos cosas que para mí fueron la más grande revolución. En 1951 Campagnolo lanzó al mercado el sistema con dos palancas en el marco.
Bonita historia, los cambios de palancas en el marco los conocí yo, recién aprendí a montar, recuerdo que se me dificultaba el cambio de las marchas y al principio tenía que parar.
Gino, quiero mostrarte una foto que me encontré en Internet, ¿Es cierto que esa fue una de tus primeras bicicletas?
 |
Oh qué buena sorpresa, ciertamente, esa fue una de las que utilicé varios años, aunque se nota muy deteriorada, con una de ese modelo gané un Giro, y el Tour de 1938, me trae muchos recuerdos verla. Era de tubería liviana, y fíjate que tenía las palancas para soltar la rueda (puntillas) y el sistema de desviador con palancas de Tullio Campagnolo. Recuerdo que regalé una similar, en mejor estado, al Museo ciclístico que hicieron en la Iglesia de Madonna del Ghisallo, en Lombardía; para llegar allí teníamos que ascender hasta una colina en donde estaba la iglesia, así que el sitio se convirtió en un lugar de peregrinación a donde subíamos los ciclistas devotos a pedirle protección a la virgen. A mi amigo Andrea Bresci le doné varias de mis bicicletas, trofeos y otros elementos para que hiciera un museo de la bicicleta en Ponte Emma; allí está la original con la cual durante la guerra llegaba a la frontera con documentos escondidos en el marco, luego de mi partida se supo, no me gustó, pero se convirtió en leyenda.

Yo siempre utilicé , fabricadas por Vittorio Rossi, inicialmente con la marca Lignon. En 1924 el régimen fascista nos obligó a todos los ciclistas Italianos a correr solo con bicicletas Italianas, lo que propició el auge de Bianchi y la marca Lignon que posteriormente Vittorio cambió por Legano. Incluso Fausto Coppi ganó con una de ellas el récord de la hora en 1942 en el velódromo Milanés.
Un año después fue fichado por la Bianchi que también hacía bellas y eficientes máquinas. Me gustaba mucho la Bianchi Folgore, con la cual Fausto me ganó el Giro en 1947.
¿Qué sistemas de freno conociste?
De joven alcance a tener una bicicleta con el sistema de varilla, para la rueda delantera. Se accionaba con una palanca en el manubrio, se llamaban frenos de cuchara. Los primeros actuaban sobre la coraza, luego ya trabajaban con el aro. Antes de ese sistema se usaba el freno de contrapedal para la rueda trasera, la bicicleta se frenaba accionando el pedal en sentido contrario.
Posteriormente ya en competencia utilicé los frenos caliper (freno de pinzas) accionados por cable, con zapatas, como los que ven en mis bicicletas, conocí varias versiones de Campagnolo que cada vez eran más precisos.
Luego vino el sistema de frenado por disco, que no alcanzaste a conocer, aún hoy no termina de convencer en la ruta por el riesgo de cortaduras con el filoso disco en las caídas, y por el peso que agregan a la bici, pero se ve con más frecuencia entre aficionados. Oye Gino, ¿alcanzaste a usar el casco protector?, ¿fue obligatorio?
Al comienzo y durante muchos años, solo llevábamos la gorra para protegernos del sol, se utilizaban como medio de publicidad con nombre del patrocinador. No recuerdo en qué año, pero luego apareció el casco de tiras de cuero, nos oponíamos, no queríamos llevar esa cosa en la cabeza, no veíamos la necesidad, pero lo impusieron por el riesgo en las caídas.

Si, fíjate que ese casco de tiritas lo alcanzamos a utilizar nosotros, duró muchos años, solo en 1973 apareció el casco sólido, al comienzo, igual que les pasó a Uds. los ciclistas no lo querían utilizar pues decían que los acaloraba. También usamos los pedales de canastilla como los que Uds. utilizaban, luego aparecieron en 1973 los de enganche o Look que introdujo Bernard Hinault patrocinado por el fabricante Look.
Cierto, corrí todo el tiempo con esos sistemas de pedal de canasta, se llamaban calapies, se ajustaban con correas de cuero. Anteriormente eran pedales de madera y hierro, con una especie de dientes, pero sin sujeción. Después con los de ajustar se sentía uno más seguro en el pedaleo especialmente en los embalajes. Igual en el caso de los scarpes o zapatillas, se mejoraron paulatinamente, los primeros tenían suela de madera, luego salieron en suela de cuero, tenían cordones para amarrar como los zapatos normales.
Viendo las bicicletas de tu época y las actuales, se nota que ha habido un gran progreso, pasaron del hierro al aluminio y luego en 1999 al carbono. Por ejemplo, Egan Bernal usó en el Tour una de fabricación italiana la Pinarello Dogma que pesa 6.8 kgrs, es el límite impuesto por la UCI, porque pueden fabricarlas de menos de 5 kilos.
Ya que lo mencionas Giovanni Pinarello, fue gran amigo mío, le decíamos “el Nani”. En 1951 corrí con él un Giro, llegó último. En aquellos años el último puesto no era una desgracia, todo lo contrario: el último ciclista llevaba la Maglia Nera, llegar último simbolizaba un triunfo, que era premiado con una vuelta de honor acompañado de los ganadores en el velódromo Vigorelli. Supe que hizo trampitas para ganar, se escondía varios minutos en las fondas. Yo le hice esta dedicatoria a ese momento; él amablemente la colocó en un cartel su tienda de Treviso de Pinarello:
"El Maillot Negro del Ciclismo... pero el maillot rosa de la vida”.
En 1952 le pagaron para cederle el cupo en el Giro a Pascualito Fornara, que acababa de ser despedido del equipo Bianchi de Fausto Coppi, con ese dinero, unas 110.000 liras, Giovanni creó su fábrica “Cicli Pinarello” en Treviso. Perdona por la divagación.
En cuanto a la evolución de la bicicleta, claro, fue un paso importante cuando se logró bajarle el peso, como dijimos pasamos de los 18 kilos de la primera que usó Maurice en el primer Tour, a las de aluminio que bajaron de los 15 kilos. Después la bici con la que Anquetil ganó el Tour pesaba 10,2 kilos, y 9,6 kilos la Colnago de Eddy Merckx en 1968. Como lo mencioné, La mía pesaba enntre 11 y 12 kilos.
Por cierto, mi scusi, ¿No recuerdo al señor Egan Bernal, quien era?
Oh sí, perdona, qué pena Gino, Egan Bernal es un colombiano que ganó el Tour de Francia en el 28 de julio de 2019, con apenas 22 años fue el logro más importante de la historia del deporte colombiano.
Qué bien, apenas un bambino, complimenti, qué bueno por Uds. Qué coincidencia, yo gané mi primer Giro a los 22 años en 1936, un año después gané mi segundo Giro; en 1938, a los 24 años obtuve el primer Tour y luego por causa de la Segunda Guerra Mundial el segundo Tour lo gané diez años después pues se suspendió esa carrera del 40 al 46.
Si me hablas de ciclistas de Colombia yo alcancé a escuchar de un colombiano que subía muy bien, creo que se llamaba “Errera”, o algo así, yo ya tenía más de 70 años, pero lo vi en la televisión cuando le ganó a Bernard Hinault.
Cierto Gino, Herrera fue uno de los precursores, abrió el camino a nuestros escaladores en Europa. Después estuvimos a punto de ganar el Tour con otro gran pedalista, Nairo Quintana quien ganó el Giro y la Vuelta a España.
Grandes!!.¿Giro y Vuelta también ganaron?, muy bueno para Uds. Un premio a las condiciones de sus ciclistas y para todo un país. Me imagino que ha crecido mucho la afición.
Si, motivaron mucho. Para seguir con el tema de la evolución del ciclismo: ¿Qué instrumentos de medición llevaban en sus bicicletas los primeros campeones del Giro y del Tour y Uds.?
¿Strumenti?, no qué va, algunos pocos usaban reloj de pulso, solo sabíamos el tiempo de recorrido, pero no podíamos saber la velocidad ni la distancia. Teníamos que correr con la intuición y la única medida era la dimensión del cansancio. El cuerpo nos avisaba, así sabíamos cuando acelerar o cuando parar y cuándo era el mejor momento para una escapada. Al final preguntábamos al conductor del carro acompañante sobre los kmts recorridos.

Entiendo, es lo que llamamos las "sensaciones", algo que se echa de menos hoy en día. Todos los pedalistas de esa época debían encontrar la forma de dosificar su esfuerzo. Hoy en 2020 los ciclistas tienen a su disposición aparatos que miden muchas variables para mejorar su rendimiento, como el tiempo, la velocidad, la distancia, la altura, las pulsaciones de su corazón y otras de las cuales te voy a comentar más adelante. ¿podemos afirmar que a Uds. les hicieron falta instrumentos de medición?
La verdad nos divertíamos mucho y no necesitábamos medir nada. Vivimos cambios que no se si se califican como tecnológicos, desde 1937 ya teníamos aros de aluminio, antes eran de madera, incluso al comienzo los organizadores de las pruebas no los aceptaban y los ciclistas que las usaban tenían que pintarlas de color madera para que la organización de las competencias no les pusiera problema. No sé qué tanto ni como miden ahora con instrumentos, pero te repito nosotros seguíamos las instrucciones que nos dictaba el cuerpo.
En esa época no había televisión, solo algunas pocas radios, la gente se informaba básicamente por los periódicos en los cuales algunos cronistas construían historias a veces algo fantasiosas de nuestras actuaciones legendarias, nosotros las leíamos porque a veces ni nos enterábamos sobre todo lo que pasaba en las etapas que eran muy largas.
¿Muy bueno que tengan datos para mejorar su rendimiento e informarse en carretera, me imagino que ahora la competencia es más complicada, cuéntame cómo funcionan esos aparatos de medición y en qué les ayuda para mejorar o ganar las carreras?
Perfecto Gino, te voy a poner al tanto sobre la evolución que ha tenido el ciclismo en materia de instrumentos de medición. Como me contabas, en tu época solo se podía medir el tiempo con el reloj de pulso y los kilómetros con los odómetros de los autos. En 1983, apareció un aparatico llamado el Cyclometer 20, se colocaba en el manubrio de la bicicleta, fue comercializado por la marca Avocet.

Fue el primer “ordenador” para la bicicleta, esa genial maquinita representó otra gran revolución en el ciclismo, todo un computador con el cual el ciclista ya podía medir tres variables, el tiempo, la velocidad y la distancia en kmts o en millas.
Sorprendente. Qué curioso ya habían pasado 80 años desde el primer Tour y 74 desde que se inauguró el Giro, entonces se demoró varias décadas la llegada de esos instrumentos.
Una curiosidad, ¿Y cómo podían medir la velocidad y la distancia con ese aparato?
Buena pregunta Gino para mis amigos ingenieros de CicloBR, pero voy a tratar de explicártelo. El aparatico tenía un cable que bajaba por el tenedor de la bici hasta un sensor que se colocaba en el tenedor; en uno de los radios se ubicaba un pequeño imán enfrentado al sensor, el cual capta el paso del imán y cuenta la cantidad de giros que hace la rueda en un minuto, con base en el perímetro de la misma calcula cuánto se recorrió en metros, millas o kmts. Conocida la distancia, ya se puede calcular la velocidad con la formulita que nos enseñaron en el colegio V= S/T. Lo importante es que los cálculos los hace automáticamente ese aparato y los muestra en la pantalla en la medida en que el ciclista avanza. ¿Te quedó claro?
Tiene sentido, qué buen invento, aunque no me imagino corriendo y mirando los números de ese relojito en el manubrio, de pronto me distraería; pero si, me hubiera servido, para saber los kilómetros recorridos y cuánto faltaba para los puertos de montaña, también para aumentar la velocidad y de pronto haberle podido ganar a mi amigo Fausto los Giros del 52 y 53 y el Tour del 49 y 52, en los que me venció en buena lid. A Fausto infortunadamente se lo llevó la malaria en 1960, cuando tenía solo 40 años. Pese a que la gente no lo creía, pensaba que éramos enemigos, tuvimos una muy buena relación, aunque éramos muy diferentes; eso si debo reconocer que subía mejor que yo.
Bueno que hubiéramos tenido un Avocet.
A ese aparato se le llamó el Ciclo computador, fue evolucionando para incluir además del tiempo, la velocidad y la distancia, nuevas funciones: velocidad promedio, velocidad máxima, cronómetro, consumo de calorías y de oxígeno. Para que fueran más precisos les incorporaron memoria para el diámetro de la rueda. Luego los volvieron inalámbricos, suprimieron el cableado que transmitía la señal; para la transmisión de la información entre el sensor y el ciclo computador se comenzaron a usar señales de radio. En Colombia se popularizó la marca Cateye y pasó a ser la denominación genérica para esos aparaticos.
Ma cosa, debe ser difícil competir y estar pendiente de tanta información, las caídas deben ser frecuentes. ¿No es peligroso?
La verdad en competencia solo se consultan algunos datos, el resto al final para saber el rendimiento. En 1986 Gracias al ingeniero alemán Ulrich Uli Schober, los deportistas pudieron tener a su alcance un medidor de pulsaciones para controlar el esfuerzo. Se le llamó el pulsómetro.
Ese también me parece un gran avance, saber si el esfuerzo nos está afectando el corazón, especialmente en una subida larga. Hubiera sido importante para nosotros, especialmente en las cumbres donde uno se agitaba más. Debe ser como el principio de los electrocardiogramas que nos hacían los médicos.
Qué bueno llevar un aparato de esos en la bicicleta, en los primeros Tours de Francia fallecieron ciclistas por sobreesfuerzo.
Qué pena de aquí en adelante tengo que ser yo quien hace las preguntas pues es mucha información de tecnología que no conocí y que nunca se me pasó por la mente que un ciclista pudiera tener a su alcance en un pequeño reloj colocado en la bicicleta. Me imagino que se colocaba en la muñeca.
Inicialmente si, eran como un reloj de pulso, pero luego también se volvieron inalámbricos, el ciclista se coloca una banda en el pecho que tiene internamente los electrodos que al entrar en contacto con la piel detectan los latidos del corazón y transmiten una señal de radio, al receptor que está en el ciclosimulador. Esa señal va codificada, así se impide que otro usuario cercano que use también un transmisor similar reciba la misma señal y la interfiera. Más tarde se integró al ciclo computador, aunque tenemos unos relojes modernos de pulso que toman lo datos por sensores ópticos que detectan el flujo sanguíneo, los usan también para atletismo y otros dportes.

Los ciclistas entrenan con base en unas zonas de frecuencia que se calculan según la edad. Sin embargo, los expertos detectaron que entrenar con base en pulsaciones no es tan exacto, pues el pulso depende de variables que inciden en el nivel de pulsaciones, como por ejemplo el consumo de cafeína, el no haber dormido bien la noche anterior, o una temperatura muy baja en la carretera. Por esta razón a mediados de los años 90 surgió otro concepto para el deporte de las bielas que se denominó la Cadencia.
Interesante eso de entrenar con base en el Pulsómetro, debe ser algo complejo, pero muy importante atender el aviso del corazón, uno de todas maneras le hacía caso cuando por medio de la fatiga nos enviaba señales para mermar el paso.
Otra variable más, ya se me perdió la cuenta de cuántas me has mencionado. La ciencia se demoró, pero veo que el ciclismo desde que me retiré en aquel 1954, ha progresado a pasos agigantados, qué feliz estaría Fausto de tener esos aparatos, le gustaban las cosas nuevas, por ejemplo, disfrutó también el nuevo sistema de cambios con palanca del que hablé.
No me has contado cómo funciona la cadencia ni cuál es su objetivo.
Si, la cadencia es el número de circunferencias completas (pedalazos) que dan las bielas en un minuto (revoluciones por minuto – RPM). En consecuencia, un sensor de cadencia mide la cantidad de giros que hace el pedal cada 60 segundos. Así el ciclista puede ponerse como meta alcanzar una cantidad estable de pedalazos en trayectos de plano o de subida. Al analizar la cadencia de pedaleo se detecta si mejora tu forma física al alcanzar mayores velocidades con la misma cadencia que antes.
Entiendo bien el concepto, pero y ¿cómo es posible contar la cantidad de pedalazos cuando uno va montando?
Al igual que en los primeros cuenta kmts los primeros sensores de cadencia utilizaban diminutos imanes para determinar el ritmo de pedaleo. Uno de ellos estaba instalado en la biela mientras que el otro se ubicaba en el marco de la bicicleta, el receptor cuenta las veces que se encuentran y transmiten al ciclo computador para lleve la cuenta. En la actualidad, los nuevos modelos de sensores de cadencia no usan ninguna clase de imán y traen “acelerómetros” internos que miden la frecuencia de pedaleo.
Perfecto, entendí, otro buen dispositivo para entrenar, contar los pedalazos y tratar de mantener un ritmo parejo en cada tipo de terreno, me imagino que no es lo mismo en terreno plano que en una subida.
Eso, por ahí va la cosa Gino, me faltaba comentarte que el nivel de cadencia varía según la resistencia de cada corredor y el tipo de terreno sobre el que está pedaleando. Existen deportistas que prefieren subir dando muchas pedaladas con piñones suaves, lo que llamamos ‘molinillo’ o el ringlete. Por su parte, hay otros que prefieren ir atrancados (con un piñón fuerte y una cadencia baja) y avanzar con menos revoluciones. Por ejemplo, si lo hacemos sobre un terreno llano lo recomendable es mantener un nivel de cadencia de 90 hasta máximo 100 revoluciones por minuto, a diferencia de los famosos puertos de montaña o ascensos donde lo más adecuado sería subir a un nivel de cadencia entre 60 a 80 revoluciones por minuto.
Para nosotros con tan pocas relaciones que podíamos utilizar, apenas con un plato y cuatro piñones atrás, nos hubiera resultado complicado lo de la cadencia, pero no imposible. De cierta manera manejábamos una cadencia, sabíamos la relación ideal, y el ritmo que teníamos que llevar en el plano o en la subida para sacar ventaja.
A falta de aparatos debíamos aprender de las sensaciones, pedaleábamos hasta el cansancio, creo que teníamos ese medidor de cadencia incorporado. Me acuerdo en 1948, en la etapa 14 del Tour Luisón Bobet, un ciclista francés que iba de líder, me llevaba 21 minutos en la tabla general, ese día nos tocaba recorrer 274 kmts con tres grandes puertos, le gané en el Izoard, luego de un esfuerzo brutal, le tomé casi 20 minutos, que me sirvieron para ganar ese Tour. Subí a un ritmo parejo, casi que contaba los pedalazos, eso debe ser la cadencia, lástima no haber sabido así sea por curiosidad cuántos daba por minuto, pero no me hubiera importado, sabía que tenía que dejar la piel.
Bobet, en ese entonces era 11 años más joven que yo, pero posteriormente fue el primer francés en ganar tres veces consecutivas el Tour de Francia, en 1953, 1954 y 1955, lo que demuestra el grande rival que fue.
Para llevar la señal de los sensores como los que hemos descrito, inicialmente se necesitaba que el emisor y el receptor estuvieran conectados por un cable, pero afortunadamente en 1994 surgió una tecnología de transmisión inalámbrica que se denominó el Bluetooth con el cual se puede enviar señales, voz y datos entre dos aparatos que funcionen con esa tecnología. Después surgió otro protocolo que se llamó ANT+ se utiliza, justamente, en dispositivos relacionados con el deporte, como podómetros, velocímetros, ciclo computadores, pulsómetro y otros que recogen información sobre nuestra actividad deportiva. Eso suena como a magia incluso para nosotros, pero te digo que funciona muy bien.
Qué bien, realmente todo eso es como magia, especialmente para mí; entonces según veo hoy los ciclistas pueden medir desde su bicicleta con los ciclos computadores: la velocidad, el tiempo, la distancia, el pulso del corazón, la cadencia, consumo de caloría, de oxígeno, mejor dicho, qué cantidad de parámetros, una ayuda muy importante para nuestro deporte.
¿Alguno de esos sensores podía calcular la elevación de un puerto de montaña?, esa era una de nuestras preocupaciones, la información de las etapas era muy incipiente y no nos daban datos precisos sobre lo que nos esperaba cada día. Solo por experiencia aprendíamos a saber cuán difícil era cada montaña, si no la conocíamos tocaba preguntarle a los que ya la habían subido.
Si, perdón, casi lo olvido, un ciclista hoy en día también puede medir desde su bicicleta la altura a la que se encuentra sobre el nivel del mar y lo que es más importante, la pendiente o nivel de inclinación instantánea de la carretera por donde transita, todo eso gracias al GPS, un sistema que trabaja con una red de satélites que orbitan la tierra; transmiten constantemente, señales de radio a todos los receptores GPS, uno de ellos son los ciclo computadores. Dichas señales las procesan esos receptores para calcular en segundos la posición, altura sobre el nivel del mar, la velocidad y el tiempo cuando el ciclista se desplaza en su bici. Con base en esos datos calcula la pendiente en términos de porcentajes. Por ejemplo, si una colina tiene un porcentaje del 10% de pendiente, estaremos ganando 10 metros de altitud por cada 100 metros. Las rampas muy duras en ciclismo oscilan entre 15 y 20% que ya son para Ginos. En los mapas de las etapas ya aparece esa información para los ciclistas.

Eso suena a tecnología extraterrestre, debe ser de origen militar pues en 1957 con el lanzamiento del Sputnik ya se hablaba del poder de los satélites. Muy bueno que se haya aprovechado para actividades de la vida diaria y que le sirva al ciclismo. Aunque nosotros a ojo medíamos la pendiente para ajustar la relación. Sin embargo, es un adelanto que los competidores tuvieran el mapa con las pendientes y distancias, nos hubiera ayudado bastante. Trato de recordar que en las clases de física nos enseñaron algo así, con el triángulo de Pitágoras para calcular uno de los lados que sería en este caso la pendiente, pero no lo tengo claro, era complicado. Sigo impresionado con todo lo que ha progresado la tecnología deportiva, muy buenos instrumentos, el de la altura y la pendiente me parece tan importante como el pulsómetro.
Pero espera que aún falta más…
¿Más magia? No lo puedo creer, cuenta amigo.
El entrenamiento de los ciclistas dio otro gran salto desde 1989, al pasar de medir el esfuerzo en función de las pulsaciones a las que late el corazón, a cuantificar directamente la potencia que transmiten nuestras piernas a los pedales de la bicicleta. Greg Lemon fue el primero en usar un aparato que mide cual es la fuerza en Vatios que ejerce en el pedaleo. Al comienzo no se popularizó mucho por su elevado precio, pero desde el 2010 se volvió un aparato imprescindible entre los ciclistas profesionales y más recientemente entre los aficionados. Parecería Un cambio baladí, pero resulta de enorme trascendencia al poder contar con una medida precisa y directa del esfuerzo, desde el momento que comenzamos a movernos sobre la bicicleta, en vez de una indirecta como son las pulsaciones que son la respuesta del organismo ante la actividad, pero también a muchas otras cosas como lo vimos anteriormente.
Seguiré de preguntón, perdóname, ¿eso parece como un sistema para medir los caballos de fuerza como en los autos? Toca darles más duro a los pedales, ¿se necesita esforzarse más? ¿cómo funciona y para qué sirve?
Vi competencias de Greg Lemon pero nunca escuché sobre la potencia en el ciclismo.
Vamos a ver, no sé mucho, pero entiendo que funcionan así: Se trata de medir y captar la fuerza que el ciclista aplica normalmente en cada pedalazo. Para ello colocaron internamente en una de las bielas, o en los pedales, o en el eje unos dispositivos electrónicos denominados galgas extensiométricas, son unas pequeñas placas que, al recibir la fuerza del pedaleo, convertida en impulso eléctrico se deforman y varían su resistencia al paso de la corriente eléctrica de forma proporcional a esta deformación. Luego esa información la convierten en unidades de potencia en vatios por kilo de peso datos que transmiten al receptor. Otros potenciómetros usan acelerómetros o sensores de vibración en la cadena para estimar la entrega de potencia del ciclista. Es la idea básica. Un poco enredado, pero esa es la idea.

Los ciclistas profesionales actuales mueven con relativa facilidad 5.5 vatios por kilo, aunque Froome o Contador, campeones famosos, llegaron mover en pleno Tour de Francia entre 6.3 y 6.5 vatios por kilo. Como es lógico, a mayor peso del ciclista se requiere más potencia para subir.
Si, la teoría de los vatios parece algo complicado de entender, pero capté la idea, ahora Uds. pueden medir en vatios la carga que hace uno sobre el pedal por cada kilo de peso, interesante poder ver el dato al instante para subir regulado y para entrenar. No sé si hubiésemos podido leer esos números cuando nos tocaban etapas en carretera sin pavimento, lloviendo y en plena nieve, el ciclo simulador tal vez lo cubriría la tierra o el lodo. Pero sin duda sería útil.
Nosotros teníamos un conocimiento de nuestras capacidades, sabíamos en cada momento cómo medir los esfuerzos, y hasta dónde podíamos llegar, e incluso romper metas, pero claro a veces pagábamos con las “pájaras” el sobreesfuerzo. Era nuestro potenciómetro natural. ´
Tener uno en la bici a nuestra disposición sí que hubiera sido una ventaja.
Es una , pero lo cierto es que la mayoría de los ciclistas profesionales ya no pueden, o no quieren, correr sin un medidor de potencia, desde que un inglés, de origen keniano, ganó los Tours de 2015, 2016 y 2017, La Vuelta a España en 2017 y el Giro en 2018 utilizando ese aparato. Su vehículo acompañante recibe los datos de su potenciómetro y le va indicando por un intercomunicador que lleva en su oreja, qué potencia debe mantener por ejemplo en un ascenso fuerte de manera constante para alcanzar a un rival, o para sacarle ventaja. En teoría, cuanto más cerca esté el potenciómetro de los pedales, más fiable será la información que transmite, pero gracias a la tecnología hay diferentes modelos pueden, ir colocados en la biela, en el pedal, en el eje, en el buje de la rueda e incluso en las zapatillas.
Los aficionados ya se contagiaron y muchos tienen potenciómetro y entrenan por Vatios.

Con el nivel de potencia, entiendo que ya son 24 funciones simultáneas que un ciclista puede llevar en su ciclo computador de abordo, generalmente luego de la etapa bajan los datos a un ordenador para analizarlos con su entrenador. Algunos de esos aparatos envían los datos a aplicaciones que los procesan.
¡hum!, eso si no me gusta mucho, es decir, que ¿los ciclistas van siendo dirigidos desde un vehículo como robots? ¿Ya no toman sus propias decisiones y trabajan con el ritmo que la maquinita y su entrenador les dicte?. Con tanto equipo los entrenadores llevan una ensalada de números para consumo de sus pupilos que ya no pueden tener imaginación. Me parece, advirtiendo que puedo equivocarme, que eso puede acabar con la competitividad en el ciclismo.
Reflexionando con todo lo que me cuentas sobre los sensores y medidores que hoy llevan, me parece que tal vez no hubieran sido buenos para el espectáculo en mi época. El nuestro era un ciclismo de aventura, de fuerza, de intuición, sobre carreteras sin pavimento en medio del polvo, entre la nieve, nada era previsible, corríamos con la sorpresa diaria, no teníamos recursos tecnológicos pero teníamos la seguridad de que debíamos dejarlo todo en la carretera y de buscar cuando viéramos la más mínima oportunidad para la escapada, para sacar la diferencia que nos permitiera sobrevivir o ganar la competencia, no todos teníamos entrenador y no se podía comunicar con nosotros, así que podíamos tomar decisiones
No sé si tanto aparato y sensor nos hubiera ayudado, no lo puedo asegurar, pero sí le puedo decir que arriesgábamos hasta la última gota de sudor, nada era premeditado, el mejor sensor que tuvimos era el de la intuición que como lo dije lo llevábamos incorporado.
Nosotros, no los entrenadores, nos encargábamos de que las competencias fueran verdaderos campos de batalla en los cuales se desarrollaban luchas despiadadas en busca de la victoria, aún desde el comienzo de cada etapa, el ataque no se hacía cuando lo ordenaban, era nuestra propia decisión.
Tienes toda la razón Gino, has dado en el clavo, preciso esa es la polémica actual, algunos dicen quel ciclismo épico, murió por culpa de la tecnología, después de Bartali y de Coppi surgieron grandes protagonistas que siguieron con la escuela del ciclismo épico con ataques imprevistos no importaba si estaba comenzando a etapa o se estaba terminando, nada era tan previsible como ahora. El potenciómetro ha logrado dividir a los ciclistas profesionales, no todos son partidarios de su uso en las grandes carreras. Dicen que el potenciómetro y el pinganillo, rebajan la calidad del espectáculo, coartan la libertad del ciclista que ya no puede correr siguiendo sus propias sensaciones. Hoy es habitual ver a los ídolos subiendo un puerto con la mirada clavada continuamente sobre la información de sus vatios sin considerar siquiera la posibilidad de lanzar un ataque o de salir a neutralizar a un rival, así todos suben cuidando su esfuerzo, todos se ponen a los mismos vatios (400+-) y solo disputan los tres o cuatro kmts finales de los puertos. Es el nuevo credo de los ciclistas, se acabaron los ataques con el alma, aún sin fuerzas, que luego pasaban factura; se acabaron las escapadas de largo aliento, solo las hacen los ciclistas que van mal en la general, para hacer publicidad a sus patrocinadores, porque no le importan al pelotón.
Pero así mismo, muchos otros ciclistas lo defienden, saben que para mantener determinada velocidad deberán registrar o generar una cierta cantidad de vatios, potencia con la cual podrán superar a sus rivales. Lo cierto es que lo que verdaderamente importa es la potencia del corredor, no la manera de medirla. La UCI ha estudiado la posibilidad de prohibir los potenciómetros, pero lo veo muy difícil. Alberto Contador un ciclista español ganador de Dos Giros, dos Tours y tres Vueltas a España señaló esto:
“Los potenciómetros son fundamentales para mejorar tu nivel y en los entrenamientos son muy necesarios. Otra cosa es en carrera, porque creo que se podría prescindir de ellos. Sería bueno para el espectáculo, agudizaría el instinto del ciclista”
Otro ciclista español, El “Purito” Rodríguez, se refirió así al Potenciómetro:
«Todo son tonterías. Si las patas no van, los números no funcionan»
Como ves, el debate está abierto en el mundo del ciclismo Gino.
Creo que hemos terminado, esto se nos alargó, no queremos abusar más de tu tiempo, así que si te parece finalizamos acá esta entrevista. Te agradecemos por los conceptos y por toda esa historia que nos recordaste. No sabes cuánto aprendimos del ciclismo clásico.
No, al revés quien aprendió y se puso al día fuí yo, son tantos adelantos que no conocí. El gusto fue mío, muchas gracias a ti por la invitación, muy interesante todo sobre lo que pudimos conversar, por favor sigan disfrutando de este deporte maravilloso y de la tecnología, seguro vendrán nuevas cosas, el ciclismo es un ser vivo que evoluciona siempre para bien.
Un saludo para mis colegas de CicloBR, especialmente a los dos italianos que dices corren con ese grupo, me hubiera gustado conocerlos y hablar con ellos, ojalá compartan conmigo la nostalgia por la épica en el ciclismo y la propuesta de dejar algunos de esos dispositivos modernos de medición solo para el entrenamiento.
Bueona fortuna.
Addio!!. Salutti ,
“Ginettaccio”
Ciao Gino!! Gracias mil, algún día nos encontraremos.
_________
NOTA: Para quienes no recuerdan ni habían oído hablar de Gino Bartali, les dejo este video que resume muy bien su vida y hazañas.
Si está leyendo este párrafo, es porque Ud. tiene mucha paciencia, o demasiado tiempo libre en esta cuarentena, o de pronto porque la lectura despertó algo de interés o curiosidad. No importa, la idea de esta entrevista virtual es la misma de los otros artículos, tratar de hacerles compañía y ayudar a que el tiempo se les pase más rápido en esta larga y dura cuarentena.
Uds. saben que la tecnología ha avanzado aún más, no quisimos atiborrar al pobre Gino, que seguramente terminó confundido. No le hablé de Strava, de Wahoo ni de Zwift, ni de las últimas funciones que ofrecen equipos como los Garmin o Polar, como mapas y navegación, chat de mensajes de ciclista a ciclista, generador de rutas a solicitud por voz, responder llamadas telefónicas con mensajes de texto, etc, etc.
Ya son varios los Ciclobeeres que manejan esa tecnología, yo apenas estoy en la fase del Cateye inalámbrico y mi pulsómetro de mano, pero me tocará meterme la mano al dril para adquirir uno con todos los juguetes, eso si algún Ciclobeere me vende uno usado.
Como dicen, ¿Qué se inventarán después?, solo falta que podamos vernos las caras por video en los ciclo computadores, para saber dónde anda cada Ciclobeere en una salida y si tiene cara de “mamado”, para darle más duro. De pronto ya hay un modelo que trae esa función.
Quien quita que de pronto tengamos un Waze para analizar el tráfico de ciclistas en las carreteras, para usar desde nuestros ciclo computadores.

Con Waze podríamos saber, por ejemplo, cómo estará de congestionada con ciclistas la vía al Vino, el día en que nos permitan salir a montar fuera de Bogotá y en ese caso pedirle al Waze que nos desvié hacia otra ruta. Tal vez ese Waze Ciclismo nos podrá avisar cosas como estas:
Saludos y paciencia, ya casi.
Omarquez.
|