Hoy cumplimos los 40
Sí, es cierto hoy estamos cumpliendo 40 días desde aquel viernes 20 de marzo, cuando la alcaldesa de Bogotá, ordenó un simulacro de aislamiento obligatorio por cinco días, para tratar de frenar los estragos del coronavirus. A su iniciativa la bautizó como “Bogotá se queda en casa”, fue un golpe de mano para el Presidente quien aún se resistía a cerrar el aeropuerto El Dorado, principal puerta por la cual ingresó el temido Covid-19. Para “retomar el mando” el Presidente Duque ordenó después una cuarentena obligatoria en todo el país, desde el 25 de marzo hasta el 13 de abril, medida que luego extendió hasta el 27 de abril; posteriormente la amplió hasta el 11 de mayo de 2020, pero con la idea de permitir que, desde el 27 de abril, además de los sectores que han venido trabajando, salgan a laborar los que integran el sector de la construcción y el manufacturero, escalonadamente como lo pidió la alcaldesa de Bogotá.
Entonces, desde la primera orden de aislamiento, los bogotanos cumplimos, hoy 28 de abril, cuarenta días confinados. Es decir, hemos guardado una verdadera “cuarentena”.

La palabra cuarentena: se referencia en el italiano como quaranta giorni, proveniente del latín quadraginta, que se traduce como cuatro veces diez, es decir, cuarenta; se empezó a utilizar para el aislamiento de 40 días de los enfermos por la peste negra en la Venecia del siglo XIV, una de las mayores pandemias de la historia de la humanidad, con una cifra de muertes que los expertos estiman en alrededor de los 25 millones en Europa. El aislamiento por 40 días, o cuarentena, entonces se señaló como un plazo suficiente para notar señales de infección y brote. Dicen que, en Venecia, Italia, cuando se detectaba una posible amenaza entre los pasajeros que llegaban en una embarcación, la misma quedaba totalmente bloqueada y no se permitía el ingreso a tierra hasta que no transcurrieran los cuarenta días.
Posteriormente ese término se comenzó a aplicar en general al aislamiento preventivo a que se somete, a personas o animales por razones sanitarias, durante un período no necesariamente de 40 días. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que el periodo de incubación del nuevo coronavirus era de 14 días, por tanto, ese era el período aconsejado de cuarentena, pero posteriormente los científicos aconsejaron que fuese entre 17 y 21 días; la verdad es que nadie sabe aún a ciencia cierta cuál es el tiempo ideal de una cuarentena para el Covid-19.
En Bogotá llevamos 40 días, quaranta giorni como dirían los italianos, y aún no sabemos si más allá del 11 de mayo, cuando finaliza el plazo recién establecido por el Gobierno Nacional, se prologará el aislamiento obligatorio. No hemos llegado al pico máximo y la curva de contagios sigue siendo exponencial, aún con el aislamiento. Lo importante es que las autoridades aprovechen este tiempo para preparar y ampliar los sistemas de atención de salud y las unidades de cuidados intensivos, fortalecer el sistema de vigilancia e información y adoptar medidas de prevención mientras aparece la vacuna y esta llega a Colombia.
No dudamos del beneficio del aislamiento preventivo generalizado, pero desafortunadamente no será sostenible por mucho tiempo, somos un país con economía débil, con elevados niveles de informalidad y dependiente del petróleo, cuyo precio ha caído vertiginosamente. Lamentablemente, a diferencia de China y otras potencias que tienen la capacidad de movilizar grandes cantidades de recursos, nuestra economía no puede aguantar períodos largos de aislamiento, especialmente las pequeñas empresas y los más vulnerables que no tienen un ingreso fijo por lo cual el Gobierno tiene que pensar en estrategias de salida que se adapten a nuestro contexto en cada ciudad de Colombia, teniendo en cuenta eso sí que la prioridad es salvar vidas, pero considerando que habremos de convivir con el virus por muchos meses, pues entre la fecha en que se disponga de la vacuna y el día que llegue a Colombia y se nos aplique masivamente, probablemente pasará más de un año y medio, siendo optimistas.
Una vez se levante el confinamiento, es probable que se dispare el nivel de contagiados, si la gente no toma conciencia de las precauciones que debemos adoptar. La clave está en que entendamos que la vida ya no será la misma, especialmente en el transporte público, en las oficinas y fábricas, habrá otra distribución de los puestos de trabajo y se tendrán que utilizar materiales y superficies fáciles de desinfectar diariamente. Los termómetros para detectar fiebre serán comunes en, oficinas, fábricas, Transmilenio, universidades y colegios. Tendremos que practicar el deporte de manera más individual y desde casa, utilizando las tecnologías disponibles. Para viajar de un país a otro nos solicitarán en los aeropuertos la vacuna contra el Covid-19.
El distanciamiento social, es decir, el aumento intencional del espacio físico entre las personas para evitar la propagación de una enfermedad, será el factor que rondará todas nuestras actividades. Ya han diseñado cuándo no se atiende la recomendación de guardar distancia de 1,5 a 2 metros.
Seguramente Transmilenio imitará estas medidas que tomó Medellín en su sistema Metro:

¿Se logrará en el Transmilenio?, lo veo difícil cuando termine el confinamiento.
En los colegios y universidades antes de abrir probablemente tendrán que adoptar protocolos de seguridad muy estrictos como primer país que reabrió los colegios.

Las mascarillas y los guantes serán parte de nuestra indumentaria para evitar el contagio. Pronto estaremos revisando qué color de mascarilla combina con nuestra ropa.
Por mucho tiempo tendremos que olvidarnos de viajes, turismo, reuniones sociales, asistencia a bares, restaurantes, discotecas y eventos masivos como por ejemplo el fútbol y conciertos.
Seguramente nuestras prioridades económicas cambiarán y los gobiernos tendrán que priorizar en los presupuestos el rubro de salud, por encima de las asignaciones para defensa.
Los bancos, y los empresarios multimillonarios, antes que los empleados y pensionados son quienes están llamados a contribuir fiscalmente en esta época de escasez con el fin de contar con recursos para los más necesitados, ojalá el Gobierno lo entienda así.
En fin, nos faltan aún 13 días hasta el 11 de mayo cuando se espera haya otra disposición gubernamental que aún es incierta. Los epidemiólogos señalan que el virus está en su periodo de crecimiento exponencial y falta todavía tiempo para que llegue a su pico, apenas el 11 de mayo se sabrá qué consecuencias tuvo el “desconfinamiento” de dos sectores más de la economía.
Así es que por ahora debemos felicitarnos al cumplir los 40 días de aislamiento, porque hasta ahora hemos tenido la suerte de sobrevivir, seguramente conocemos algún caso de alguien que no tuvo la misma fortuna. Además, debemos estar agradecidos por tener el privilegio de contar con el alimento y el techo que tristemente millones de compatriotas no tienen asegurado. Lástima que la corrupción nos haga ser incrédulos para apoyar las campañas de donaciones, pero podemos ayudar directamente a alguien a quien sepamos necesita en este momento una colaboración, seguro que conocemos a una persona o a una familia que lo necesite, para nosotros puede ser poco pero mucho para ellos, pensemos y hagámoslo pronto.
Después de que definamos a quien podríamos ayudar hoy, podremos pensar ¿qué será lo primero que haremos cuando podamos salir 'libremente' a la calle?
Omarquez.
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