Bogotá marzo 15 de 2015
Séptima salida del 2015
Visitamos la que otrora fue una guarnición Muisca.

Mientras nosotros disfrutábamos de un excelente recorrido hoy Nairo Quintana, “Nairoman” imponía su Ley en la Tirreno Adríatico al sorprender en la subida a los grandes favoritos para el Tour de Francia, ganar la más dura etapa de esa prueba, 194 kmts y de paso apoderarse de la “Maglia Azurra”.
Si quieren hacer una pausa y deleitarse viendo como Nairo llegó en solitario a la cumbre de Terminillo, les dejo , luego los espero un párrafo más abajo.
Hola bienvenidos a la crónica, otro espectacular domingo, soleado y despejado, para la séptima salida oficial a carretera en este 2015 que avanza vertiginosamente, una etapa de 68 kmts entre el Parador Suizo, ubicado en la calle 13 y la población de Zipacón.

Hoy Melquisedec Reina nos atendió a cuerpo de Rey con las bolsitas de refrigerios que preparó con su familia especialmente para sus compañeros. Sacrificó su domingo para cumplir el turno de conductor elegido, que le alargaron inesperadamente.
La salida por la calle 13 tiene un primer tramo bastante estresante, pitos ruido polvo, camiones, contaminación. Al pasar el peaje que marca la salida de Bogotá mejora el ambiente, aunque entiendo el límite de Bogotá se encuentra justo al pasar el puente sobre el rio del mismo nombre, aquel que vemos por la salida de la calle 80 luego del famoso Puente de Madera, el mismo espumoso que vemos desplomarse por el Salto de Tequendama cuando bajamos en bici hacia Santandercito.
Aunque Ud. no lo conozca es fácil distinguir el rio Bogotá por dos razones que lo destacan, su color negro verdoso y viscoso como el petróleo y el nauseabundo olor. Creo que a eso no lo deberíamos llamar rio, pues uno lo ve quieto, debería llamarse el “rio muerto” pues en verdad lo está, debido a los millones de metros cúbicos de porquerías que los bogotanos arrojan al cauce a los largo de 90 kmts. Pensar que en casi un siglo se han gastado billones de pesos en su “descontaminación”, cifra que sale del 7,5 % del predial que nos clavan a los Bogotanos. Pero nuestro colega Reinaldo Pulido quien trabaja en el tema algún día nos contará más en detalle si nuestros biznietos o tataranietos verán un rio cristalino.
Perdónenme por haberme desviado del tema, les contaba que nuestro destino hoy era Zipacón, para llegar allí teníamos que recorrer desde El Suizo, 24.5 kmts en terreno plano.

antes de partir dedicamos unos minuticos para entregar un presente simbólico a nuestras damitas el día de la mujer, se lo debíamos. Le guardamos el de Nobile quien se encuentra por los "mayamis", vaya vida tan dura.
Partimos 21 ciclistas, entre ellos dos invitados de Javier: el entrenador del gimnasio del BR William Rojas y su amigo Siabato, dos ex ciclistas profesionales.
Destacamos el regreso de Miguel Granados bastante recuperado de la caída que lo afectó a finales del 2014. Hizo su primera aparición el Mono William Trejos.
En el camino se nos unieron Pablo Torres, Molanito y la gran sorpresa: Guillermo Durán, apareció conduciendo su vehículo, lo vimos recuperado y con mucho ánimo.

Muy aconductados y siempre en grupo, recorrimos el largo plancito en el cual siempre hay lucha por una franja de la vía que les peleamos a los conductores de autos, buses y camiones; finalmente llegamos al cruce y tomamos la vía a Zipacón. Qué cambio, una carretera angosta pero tranquila que a los pocos metros nos exige ajustar piñones pues el terreno comienza a inclinarse hacia arriba.
Es una etapa ciclística de las mejores, en 11 kmts encontramos, repechos suaves, ascensos duros pero cortos, bajadas, columpios en fin lo que un ciclista espera. Una larga bajada para llegar al pueblo donde los que descienden sin miedo, logran descontar lo que han perdido subiendo o aumentan la ventaja si son buenos escaladores.
Finalmente estábamos en la que era hace mucho tiempo una guarnición de los Muiscas llegamos los 23 pedalistas. Dicen los historiadores que Zipacón fue dominio de los Chibchas, quienes mantenían allí una guarnición para espiar a los Panches, que por este lado solían invadir frecuentemente su territorio. Se dice que el Zipa acostumbraba pasar sus horas de meditación y de tristeza allí, por lo cual se le ha dado a la palabra Zipacón el significado de Llanto del Zipa.
Vean Uds. como ha cambiado todo, el amigo Jorge Buitrago, Tolimense de pura cepa y digno descendiente de los Panches llegó hoy con un grupo de amigos en su mayoría descendientes de los Muiscas quienes no íbamos a meditar, tampoco a pelear con los Panches pero si, como lo hacía el Zipa, a descansar luego de completar la mitad del recorrido.
Faltaba el regreso. Algunos de los Muiscas y las Muiscas, a quienes estas etapas ya no los satisfacen decidieron hoy armar su propio recorrido.
tomado por por Don Guillermo Durán
Concluido el descanso, retomamos el camino de regreso, allí don Guillermo decidió reemplazar a su hijo Cristian y se le subió a la bici. Zipacón nos despide con una salida empinada y terreno en subida. El regreso es un poco más suave por cuanto tiene más terreno en descenso. En poco tiempo llegamos al cruce con la vía a Mosquera.
Esperamos a William Trejos y al Chinazo Eduardo que aún no llega a su mejor su forma y tomamos la Central. Pulga se echó durante un buen tramo el lote a la espalda y lo condujo hasta que llegaron algunos patos que reclamaban la punta del lote, pero nuestros pedalistas estaban allí a la defensa de ese bastión. Jorge Buitrago de vez en cuando nos "ayudaba" sacudiéndonos con algunos jalonazos,
Allí en ese lote que marchaba a velocidad promedio de 37 kmts hora estaba Ana Niño, aguantando, cuando parecía quedarse la mano amiga del Chinazo que la reintegraba al lote. El pobre monito Trejos comenzó a abonar hoy a la deuda de tres meses de descanso de la bici y no pudo seguir la rueda al grupo, pero atrás estaba Cristian escoltándolo en el vehículo de la familia que hoy fue crucial, para los que cumplimos el recorrido.
Agradecemos la intención de Melquisedec en su papel de fótografo, se devolvió a La Vega y olvidó que llevaba la cámara del Grupo, pero en la noche al regreso a la capital me la reintegró. Inmediatamente saqué la tarjeta de memoria para procesar las imágenes y oh sorpresa, parece que a Melki se le veló el rollo pues no tomó ninguna imagen. Tal vez omitimos indicarle cuál era el botoncito de ON; no se preocupe Melqui estos aparatos nos juegan bromas a veces, pero lo que vale es la intención.
Nota: el día miércoles logramos recuperar la mayoría de las fotos, se presentó una falla en la MicroSD.

Sobre las 11 pasadas llegamos nuevamente al Suizo, donde hicimos una agradable tertulia con los comentarios sobre las incidencias de la etapa, otro agradable recorrido que afortunadamente nos salió a pedir de boca.
Termino la crónica recordando estas palabras para Don Guillo y para Miguelito, les aseguro que ayudan en momentos duros cuando la vida nos juega malas pasadas que justo llegan en el momento en que menos lo esperamos. Seguro las han escuchado: Las ventanas se pueden abrir, saber que se puede, ... Si no las recuerdan por favor y escuchen atentamente, sabrán que todo se puede.
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