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Bogotá julio 24 de 2022

Otra Victoria más en nuestro palmarés ciclístico

Hoy la programación incluía una etapa de 110 kmts, era hora de hacer fondito pues finalizámos el séptimo mes del año; esta prueba de resistencia mediría el avance, varios de nuestros amigos querían saber que tanto les habían servido las madrugadas al Verjón, las visitas a Albán entre semana, las rodaditas en el CDCH y las veintiún salidas dominicales que se han programado hasta la fecha.

Como tenemos siete nuevos integrantes del grupo, que en buena hora han ingresado para reforzar la grupeta de CicloBR, nos tomamos la molestia de hacerles un diagrama de la ruta con planimetría incluida.

Al parecer varios la estudiaron juiciosos. Se supo que Orlando Carillo le consultó a un buen amigo, excelente ciclista, que curiosamente se llama Fabio Parra.

- ¿Oiga Fabio, ...arica que tan duro es este recorrido?

- Eso es berraco …rica Ud. no sube esa ..evonada”, tiene tramos muy berracos”.

Me imagino que lo primero que hizo Orlando al llegar a casa fue llamar a Parra, para contarle su hazaña y cobrarle por ventanilla su pesimismo.

- La subí y terminé todo el recorrido ...evon para que vea!!

Los demás conocíamos la ruta a La Victoria pues ya la habíamos recorrido en tres oportunidades: en 2013, 2014, y 2017. Siempre salíamos desde Siberia, pero esta vez partimos de Mosquera, con lo cual nos ahorramos 20 kmts. Guillermo nos recomendó el parqueadero público El Gato en esa población.

Diez y seis ciclistas acudieron a la cita, incluido Pachito quien no fue a Mosquera, como bobo no es salió más temprano, en solitario subió a su paso y sin presión alguna coronó el kilómetro nueve de la Mesa y nos estaba esperando eufórico en Mondoñedo. En el Parqueadero nos encontramos con Manuel García y con Cristian hijo de Guillermo ellos iban para la vía a Zipacón hasta La Virgen.

Para esta dura etapa siempre hemos contado con carro acompañante, infortunadamente aún no se reactiva el programa de conductor elegido (no se preocupen, iniciará pronto; el Comité Directivo está preparando el Comunicado, la lista y las reglas). En esta ocasión sabíamos que si o si, necesitábamos acompañante, gracias a la oportuna colaboración de la familia Carrillo- Palencia tuvimos asistencia en carretera.

Nos acompañó Stephanie Carrillo, esposa de Gustavo Palencia e hija de Orlando. Su asistente fue el niño Juan sobrino de Gustavo quien se gozó el recorrido y resultó un experto reportero gráfico.

La idea era salir a las 7 en punto, pero no lo logramos, dicen las malas lenguas que el Chinazo volvió por sus fueros, llegó sobre el tiempo a la casa de los Pulgas, Afortunadamente había cupos suficientes en el parqueadero.

La caravana de camisetas amarillas, con uno que otro toque multicolor, partió de Mosquera. Pronto encontramos el inicio de la subida al Kilómetro nueve de la vía a la Mesa, la primera oportunidad para probar piernas y medir a nuestros rivales de turno. Pasamos de largo pues habíamos acordado reagruparnos en el cruce de Mondoñedo para tomar la carretera a Soacha. Por allí vimos pasar a Hermes y a su cuñado Jorge, iban para el Curubital, como ven en este grupo nadie se descuida, esperamos que pronto se unan a los recorridos dominicales del grupo y una que otra vez hagan las etapas hacia el norte.

Una vez reagrupados iniciamos el descenso hacia el peaje de la variante a Soacha, la primera parte hasta el cruce hacia Indumil está muy bien mantenida, pero el tramo siguiente hacia Canoas está algo deteriorado, el peaje no alcanza para repararla según parece. Nos llevaron a buen paso hasta salir a la glorieta para buscar la bajada al Salto. Nobile, Marcolino, y yo decidimos acompañar a Stephanie en su vehículo en el descenso hasta el Pin.

Desde la comodidad de la camioneta veíamos a los colegas en posición aerodinámica aplicando lo que aprendieron en el Tour en materia de tecnicas para descenso, Alberto al leer la crónica seguro hará volar su imaginación y se trasladará hasta esa vía para sentir la brisa y la adrenalina en las curvas mientras su velocímetro se angustía al ver que se acerca a los tres dígitos.

El afán no era tanto llegar al Pin sino salir dela estela del nauseabundo olor emanado por las pútreas aguas del rio Bogotá, un cadáver líquido circulante que recoge lo peor de los desechos de la Sabana de Bogotá y los lanza por la otrora cascada denominada El Salto de Tequendama, cuya potente y ensordecedora caída de agua aún no contaminada invitaba a personas desesperadas o alienadas a terminar con su existencia lanzándose al vacío desde la que se denominaba roca de los suicidas ubicada, al lado izquierdo de la cascada; curiosamente al lado derecho los observaba una la estatua de La Milagrosa, lo que le daba un toque de sacralidad a ese lugar.

Hoy ya es más fácil suicidarse evitando el golpe de la caída, solo con tomar un vaso de agua del rio Bogotá. No hay una estadística confiable de los suicidas del Salto, como creo que tampoco hay datos ciertos de los billones de pesos que las administraciones corruptas le han pagado a contratistas nacionales y extranjeros para que “descontaminen” el rio Bogotá, mientras se hacen los de las gafas con las empresas que contaminan esa fuente agua desde el mismo Chocontá, curtiembres, desechos fabriles y aguas negras.

¿Será que algún dia veremos aguas cristalinas en el rio Bogotá?. Lo dudo.

Ya sin el rio a la vista, hacemos la segunda parte del descenso. A los pocos metros Orlando Carrillo reporta pinchazo, Wilfran le lleva la cuenta y dice que es la sexta vez y en la misma rueda. Como de costumbre la solidaridad aflora y el Comité de Pinchazo comienza a operar, esta vez comandado por el sabio de la tribu.

Vamos a organizar un paseo a Chiquinquirá para que un cura le bendiga esa rueda, definitivamente la coraza debió haber sido afectada por alguna maldición, claro que de pronto sale más barato que compre una nueva, pero eso si que le pegue cerca una medallita de San Benito.

En el Pin, cruce de la vía a Santandecito encontramos la entrada hacia nuestro próximo destino, el Municipio de La Victoria. Quienes veníamos en el carro acompañante nos integramos y los 16 pedalistas iniciamos el recorrido. Partimos algo preocupados, pues John Bedoya quien había salido con nosotros desde Mosquera con su padre Eduardo nos dijo que una de sus pacientes le había comentado que la carretera a la Victoria estaba afectada por derrumbes y que los buses no llegaban al pueblo. Sorpresa, la vía está en inmejorables condiciones, entonces pensamos que la paciente debió ser de terapia para mitomanía, pero Nobile me aclara que John es dentista, entonces es probable que la anestesia le genera alucinaciones. A propósito John y Eduardo se habían devuelto antes de la bajada al Salto.

Los ciclistas comenzaron a emocionarse y a acelerar el paso, disfrutando de los toboganes, de la carretera, motivados por los aromas típicos del campo. pasábamos del aroma de algunas las flores del campo y al olor de los criaderos de cerdos. Fernando que se conoce el recorrido dijo que la ruta tenía ocho repechos, los conté y el joven tiene razón tiene ocho subidas y ocho bajadas, solo una es un poquitín exigente, pero nada que nos asuste.

A mitad de camino venía Manuel Leal, lucía la camiseta amarilla 30 años igual que nosotros, llevaba paso apresurado pues el cielo estaba encapotado y quería huir de un posible aguacero, pero afortunadamente llegamos a La Victoria justo cuando el sol hacia su aparición.

Paramos en la panadería de siempre frente a la plaza principal, donde encontramos caldito, agua de panela con queso y otros platos con los cuales nuestros amigos recargaron tanque. Chinazo y Fernando escogieron otro sitio, ellos son expertos en gastronomía de los paradores ciclísticos y seguramente encontraron algo con mayor carga energética.

Javier Wilfran y O. Carrillo, con su acostumbrado buen humor bromeaban con los viejitos de bastón que se acercaban a las mesas, haciendo el símil con los pensionaditos del grupo, para no quedarnos atrás le dijimos que en Colpensiones a los 75 nos enviaban a la casa de esos bastones de madera.

Luego aprovechamos para hacerles un Tour por la plaza donde se aprecia la escultura tallada en piedra de lo que parece una bellota, o una piña o un anón, pero que realmente es una mora, producto endémico de la región.

En la misma plaza principal los Victorianos muestran orgullosos la pequeña estatua de San Isidro Labrador tal vez porque por allí llueve bastantes, en la visita del 2014 tomamos esta foto:

 
 

Esta vez, en un acto de agradecimiento, posaron con nosotros los amigos caninos que hicimos en la cafetería mientras desayunábamos, gracias a que Pulga es un experto en darle alimento en la mano sin que se la devoren.

Se acabó el recreo, hora de partir, dejaron salir a Nobile, Marcolino Pacho y a Héctor con una ventaja de tres minutos. Como en un juego del gato y el ratón se dedicaron a perseguirlos hasta darles cacería. Como decían en el Tour, era una fuga que no consentían. Los repechos se pasaron tan rápido que en poco tiempo estábamos en el Pin.

Tomamos la curva que denominan La Herradura e iniciamos el ascenso hacia el Salto, teníamos por delante 17 kmts, lo malo era que los 26 de La Victoria ya habían hecho mella en las piernas de algunos de nosotros. Pronto la pendiente de carretera inició la selección natural, Pachito quien había sido el primero en partir, para sorpresa de todos, comenzó a tirar del lote, se llevó a su rueda a Guillermo, a Fernando, a William, a Javier y a Gustavo. Pulga se quedó un rato acompañando a Nobile, pero picado por alcanzar a los punteros contrató como escoltas a Chinazo y a Wilfran, este último recién desempacado de Alemania hoy no quería darle a tope. Orlando Carrillo decidió acelerar el paso y llegarle al grupo puntero y lo logró.

En el “arriere” del grupo quedamos con Héctor y un poquito atrás Nobile, Wilfran y Marcolino. Una vez avistaron la curva que nos lleva al sector de los Tubos el tramo más duro para llegar a la planicie del Salto Fernando y William. Pisaron el acelerador, les sostuvieron la caña Pulga y Javier, Orlando aguantaba y Pachito comenzaba a ceder, pero iba a corta distancia. Atrás Omarquez con Héctor y luego Nobile, Chinazo y Marcolino.

Así captó el transmovil conducido por Stephanie la situación de carrera al paso por la virgen, con el camarógrafo Juan asomado por la escotilla del vehículo:

Superado el ascenso al salto en el grupo puntero Guillermo aceleró el paso y luego al paso por el Charquito logró superar y mantener una corta distancia a Fernando en la llegada a la autopista. William, Javier, Pulga y Gustavo los precedieron con Orlando Carrillo y Pacho.

Pero mejor veamos los videos de nuestro reportero gráfico Juan

Al coronar el salto Omárquez venía con Héctor a su rueda, paró para tomar líquido, Héctor siguió, y luego vio pasar a Nobile y sus escoltas, ceía que Pulga iba en ese grupo, en realidad era Marcolino; tampoco se había enterado de que Pacho iba adelante con los duros. Por esas razones asumió que Pacho y Marcolino venían atrás, los esperó cinco minutos y como no llegaban continuó el camino. Más adelante en el Charquito hizo otra parada y ni rastros de los que creía eran los coleros. Al llegar a la planicie donde todos esperaban cuál sería su sorpresa al ver que allí estaban Marcolino y Pacho, el colero y quien llevaba el letrero de FIN era él.

Nos quedaba el trayecto de Canoas a Mosquera. Nobile, Omárquez y Marcolino optaron por hacerlo acompañando en la camioneta a Stephanie y a Juan que cansado de su eficiente y duro trabajo tomaba una corta siesta.

Fernando tomó el camino de la autopista sur, Gustavo quien no conocía el camino se equivocó y lo siguió, y el resto del grupo que iba por Canoas no se percató. El carro acompañante adelantó para avisar que redujeran el ritmo par esperar a Gustavo, adelante iban Héctor y Guillermo, hicieron caso omiso pues no querían perder la ventajita que llevaban, el segundo lote si redujo el paso y Gustavo pudo conectar.

Desde la mullida silla de la camioneta vimos padecer a Pacho y a Orlando Carrillo, que denotaban el desgaste por el esfuerzo, pero coronaron en el nueve de la Mesa donde los esperaban. Le sugerimos a Stephanie que Marcolino podia bajar la bicicleta y retomar la rut para que Orlando Carrillo se subiera, su respuesa fue condundente: Noo el no se sube al carrro ni de peligro, asi se estalle.

Se descolgaron y una vez recargadas las piernas Pulga armó la de Troya en el plano hasta Mosquera, los embaladores aceptaron el reto y se sirvieron del postre para rematar la jornada; llegamos a Mosquera a las 2 y 30 pm.

De esta manera se vivieron los 109 kmts de una dura la etapa de fondo que cada uno disfrutó y sufrió en la medida de sus condiciones físicas.

Chuleado por este año, La Victoria es una bonita etapa, pero para que no haga daño, toca solo una vez al año.

No alcanzamos a acordar la próxima salida por el norte, el martes la definiremos si hay quorum en el CDCH.

Gracias a todos por su asistencia, y un reconocimiento especial Stephanie y a Juancho por su apoyo y reportería desde el transmovil #1. Haaaga el cambio Juan!!

Nos vemos en la próxima.

Para todos y todas una feliz semana cargada de energía y salud.

 

PD: Por el cansancio había prometido meterme a la camita temprano y no hacer crónica esta semana, pero luego pensé que dejaríamos sin información detallada a Lorena, Alberto, Manuel, Ricardo, Pablo, Hermes, Jorge, Hebert, José Gabriel, W. Bolaños, Jacinto, Armando, Edgard, Alvarito, a Giaco en Italia a Córdoba en USA y al resto de integrantes de CicloBR que se perdieron este Gran Fondo. Son las 5 de la mañana, ahora si a dormir unas horitas.

 

IGA