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Bogotá abril 2 de 2023

La lluvia no dejó ir a Chocontá

Once y 20 de la mañana, estamos ya de regreso del Sisga, a esa hora siete embaladores ruedan por la autopista norte a una velocidad que oscila entre 40 y 42 kmts, otean el horizonte en busca de la anhelada imagen que esperan:

La silueta de los silos de Almaviva, es el santo y seña para ubicarse en la mejor posición del lote para el remate final; se perciben nervios en el pequeño pelotón, en el cual se han colado dos “patos”, un señor de camiseta verde, joven él y otro ya bastante veterano de camiseta roja.

Previamente habían sido tentados kilómetros antes por un par de jovencitos que los sobrepasaron, esperábamos que el lote reaccionara, pero los CicloBR los ignoraron, nadie quería gastar fuerzas anticipadamente, sabían que hay que llegar con reservas al repecho que termina en los Silos. Vimos como Fernando y William se habían desgastado pasando al frente del lote o tratando de “aconductar” al “pato” veterano de rojo, a quien habían pasado de largo, pero reaccionó, les llegó y pasó a tirar del grupo, estaba feliz no sabía lo que le esperaba...

Pulga y Javier muy tranquilos marchaban a mitad del lote y atrás Wilfran animaba a Pablito para que no perdiera la rueda se notaba que su tanque estaba casi intacto. Javier había pinchado hoy dos veces, a la ida y al regreso antes del peaje del Roble, su coraza no daba para más y como usa frenos de disco no le podíamos prestar otra rueda, así que como último recurso tuvo que utilizar la bici y las zapatillas de Orlando Márquez.

Por delante de todos iba Héctor, quien supo aprovechar que sus compañeros pararon por la pinchada de Javier y los que iban con el recibieron la "orden" telefónica de Nobile para que esperaran a Pablo a Javier y a Wilfran. Finalmente "Hétor" logró llegar primero a la Caro, estaba feliz: "no me alcanzaron los berracos esos"

En el carro acompañante, de nuestro conductor elegido Marcolino, viajaban Nobile, y los dos Orlandos, Carrillo y O.Márquez. En el alto del Sisga, Carrillo comenzó a toser, le recomendamos subirse al carro pues llovía, Nobile y O Márquez optaron por acompañarlo para que no se aburriera.

Once y 45 a.m. finalmente apareció a lo lejos la imagen de los silos de Almaviva, edificio adherido a una fila de nueve gigantescas torres cilíndricas color cemento dedicadas al almacenamiento de granos, entonces empezó el concierto de metales, maniguetas de cambios, cadenas que se deslizan frenéticas en la piñonería, nadie quiere dar ventaja y cada uno reserva engranajes para el esperado remate final que ya se avecina.

Quienes veíamos el espectáculo desde la comodidad de la camioneta de Marco, hacíamos apuestas: Pablito no es rematador puro descartémoslo. Puede que de pronto finalmente Willy gane, pero no, hoy ha gastado mucho.

Entonces gana Fernando, va cerrando el lote agazapado y el es un viejo, zorro. No crean, gana Pulga no ha tirado del lote y se ha mantenido cauteloso, sabemos de su potencia y habilidad para los remates. Noo, que va, seguro que gana Javier, “ya les ha metido la mano varias veces”. Ojo con Wilfran puede dar el zarpazo, pero de pronto no, viene al final del grupo. Pero tampoco debemos descartar a Bedoya es un veterano de mil batallas.

Le pedimos a Marcolino que se adelante y nos deje justo en la cresta del repecho para ver en primera fila el embalaje. Nos bajamos cámara en mano con Nobile; por alguna razón que no sabe, ella grabó en cámara lenta y yo velocidad normal, mejor, así los lectores podrán analizar el embalaje en dos versiones. Entonces fusionamos los dos videos, para que aprecien lo que ocurrió: Ver video embalaje en Silos.

Como pudieron apreciar en el video, Wilfran los sorprendió, salió disparado y nadie pudo seguirlo en el corto repecho, desde Letras no ha parado casi, su disciplina entre semana con las rutinas, CDCH, Monserrate, Verjón y de cuando en vez vuelta al norte, ha surtido efecto, lo tienen en un nivel alto.

El Pato de camiseta verde tampoco pudo hacer nada ante la rápida salida de Wilfran, Pulga parece frenar, cuando analiza que ya no hay nada que hacer deja de pedalear y algo le dice a Pablo; mientras Bedoya pareciera dar un golpe de riñón para ganarle a Pulga. El veterano de camiseta roja observa con frustración cómo lo vencieron en el repecho donde seguramente ha practicado muchas veces los embalajes.

Javier esta vez no tenía pólvora para “meterles la mano” y se limitó a seguir, en la parte plana les llegó. Le pregunté si había sido culpa de la bici o de las zapatillas prestadas, pero dijo que no, que era más liviana que el problema fue físico. (uff menos mal). William y Fernando llegaron rezagados, pagaron el esfuerzo.

Nuestro díia ciclístico había comenzado en la Caro a las 7 y 30 a.m., cielo nublado y con algo de brizna de lluvia. Allí llegó Marcolino, muy cachaco, nos colaboró a última hora como conductor elegido, un gran detalle con sus compañeros, pues aún se encuentra en plena recuperación de la operación de rodilla. Los Pulgas y Wilfran se encargaron del refrigerio, bocadillos y chocolatinas Jet.

Partimos con la incertidumbre pues a ratos lloviznaba suave y a ratos paraba. Pasando Tocancipá Javier reportó el primer pinchazo del día, la misma rueda del domingo anterior. Mientras el grupo paraba para despincharlo, continuamos con Nobile, Eduardo y Pablito. En Gachancipá San Pedro decidió enviarnos un aguado mensaje y abrió las llaves cuando marchábamos cómodos en un grupo que iba a un buen paso

Paramos para colocarnos las chaquetas, Nobile prefirió seguir. En el paso del peaje del Roble un par de novatos que quisieron pasar en fila de dos tumbaron a Héctor, afortunadamente el golpe no tuvo consecuencias.

Nos detuvimos los cuatro en Sesquilé, no aparecían aún Javier y sus discípulos de la brigada despinche. Decidimos seguir hacia el Sisga pese a que la lluvia no cedía mucho.

En el alto del Sisga, como les comentamos, tres nos subimos al carro los demás bajaron y pararon en un restaurante, allí pudimos recuperarnos del frio con una deliciosa aguadepanela con queso y arepita boyacense.

Justo allí en el restaurante el Cerdo, fue la última vez que vimos a Javier con su llanta delantera inflada, dice que su pinchadera no es fortuita, y que debe haber alguien que lo quiere perjudicar para que no siga ganando los embalajes.

Ya con un clima cambiado nos reunimos para la infaltable tertulia, donde se analiza lo ocurrido y cada cual cuenta su versión de los hechos. Eduardo, sin mencionar a nadie decía que hay gente que chupa rueda, no sabemos por qué Wilfran respondió: "Sí y cuando uno trabaja ayudando si no lo reconocen ¿cierto?. En palabras de ese gran filósofo Pachito Morales esto significa: "Claro todo lo del pobre es robado". Wilfran se defendió así de la acusación.

Javier dice que alcanzó y pasó a Pulga cuando el repecho de los Silos se aplanó. " No señor la meta estaba al final del repecho, allí estaban los jueces que filmaron", respondió.

Héctor, aprovechó y le negoció a Marcolino un marco de carbono De Rosa, se le anticipo al Toche quien ya lo tenía palabreado, camarón que se duerme...

LES DESEAMOS UNA FELIZ SEMANA SANTA

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