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ROGRAMACION PARA EL MES

   
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Bogotá octubre11 de 2020

¡Yo quiero salir mañana con mis amigos!!

La pandemia del Covid nos obligó a acoger el “indoor” o entrenamiento en casa, con bici de spinnig, rodillos de equilibrio y rodillos inteligentes; por lo menos en mi caso lo disfruté durante varios meses. Pero la verdad pueda que sirva para que nos mantengamos en forma, pero al final genera hastío, ahora entiendo a Fabio y al Chinazo quienes se resistían a usar esos aparatejos y añoraban la carretera. Es que ciclismo es sinónimo de libertad de aire libre, de montaña, de compartir con amigos.

Una vez la pandemia entró en la esperada meseta, pensamos que era hora de ir reanudando de a poco la actividad ciclística con el grupo por supuesto adoptando todas las medidas de seguridad. Todo esto que hemos hecho en este último mes para encender la chispita que reactivará el Grupo, ha sido un renacer, un volver a la vida, pensé que por lo menos este año sería imposible compartir y departir con los amigos de CicloBR y que la pandemia nos iría a condenar a un año de enclaustramiento.

La cuota inicial para la reactivación del Grupo se puso el pasado 20 de septiembre con la ruta Siberia- Faca- Siberia con el postre adicional de Zipacón para  Don Guillermo y su combo.

Luego el pasado el pasado domingo 4 cuando un grupito integrado por Nobile, Pulga, Guillermo, Héctor hicimos la ruta la Caro – Sesquilé- Guatavita- Sopó- La Caro, la experiencia fue indescriptible, volver a bordear el embalse de Tominé desde Sesquilé a Guatavita por una vía repavimentada y con poco tráfico vehicular, era un reto que se veía inalcanzable.

Todavía creo que es un sueño volver a rodar en carretera, la pandemia nos había inducido a pensar que el ciclismo en grupo sería algo que tendríamos que relegar hasta el 2021, y que estaríamos condenados al “Indoor”. Poco a poco vamos venciendo el miedo, sin menospreciar ni olvidar el respeto que debemos tenerle al virus pues sabemos su devastador efecto. Pero la vida debe continuar, sin duda el ciclismo está considerado como uno de los deportes de más bajo riesgo de contagio. Reiteraremos hasta la saciedad que le corresponde a cada uno de nosotros adoptar las medidas de precaución pertinentes, el uso de la mascarilla, gafas y guantes, mantener la distancia mínima de 5 a 10 metros, evitar sitios o carreteras concurridas, uso de alcohol, gel, el lavado de manos con agua y jabón representan una adecuada protección y hacen que el riesgo de contagio sea poco probable. Pero reitero, en todo caso la decisión de salir a carretera sigue siendo responsabilidad de cada uno y de ninguna manera queremos convencer a quienes ya han tomado su decisión de continuar en cuarentena estricta.

Del amplio menú de opciones ciclísticas seleccionamos para hoy una la de las mejores, el Alto de las Margaritas, una subida que en alguna crónica nos negamos a calificar como de primera, o segunda categoría, optamos por asignarle la categoría de “muy agradable”, por cuanto tiene curvas duritas al comienzo, repechos suaves y exigentes, rectas en ascenso y ante todo una pendiente sin descansos (cero descensos) pero muy bien trazada. No se sufre mucho en el ascenso, muy agradable.

Hoy ocho pedalistas nos reunimos en Centro Chía: Guillermo, Héctor, Alberto Rivera, Manuel García, William y Andrés Duarte, Nicolás Durán con la misión de ir hasta el embalse de Neusa por la vía Cogua- Alto de las Margaritas para comprobar si esa categoría asignada seguía vigente. Tuvieron que transcurrir veinte (20) meses desde nuestra última visita a esos parajes, febrero de 2019.


Superado el largo trayecto plano desde Centro Chía hasta Cogua finalmente iniciamos el ascenso que, como Uds., recordarán comienza justo a la salida de esa población, los repechos no son duros si uno tiene buen entrenamiento, por eso hoy me parecieron eternos y duros, pero aun así se hizo el esfuerzo para seguirle la rueda a los que ya tienen buenos kmts en sus piernas como Guillermo, William, Manuel, Nicolás y Héctor.  Una buena cantidad de ciclistas subiendo, muchos lugareños, pero nada comparado con el Vino.

La Valla antigua en la que el Pibe anunciaba a Cogua, nos indica que comienzan los 10 kmts del ascenso a las Margaritas. Los primeros kmts los subí reguladito, aprovechando una leve ventaja que me dieron al comienzo, en mitad de camino me pasaron todos con el mismo “tonito” que uno ve en uno en las transmisiones de las grandes vueltas, cuando el lote caza a uno o más fugados, ni una miradita ni una palmadita por el esfuerzo parecería que aceleran para dejarlos atrás como reprochando que se hubiesen atrevido a la fuga; igual que aquellos vi como las curvas siguientes se encargaron de desaparecer  a mis compañeros, ni una miradita atrás. Afortunadamente Don Guillermo acostumbra ir acompañando atrás y hoy fue una gran ayuda saber que uno no viene solo.

En el camino tuve el aliciente de tratar de seguirle la rueda a una niña, que subía sola, por momento le llegaba, pero aceleraba y me distanciaba hasta que en el kilómetro final se fue se fue y se perdió en el horizonte, no porque hubiera acelerado, fue por que las fuerzas estaban llegando a límite. Me recordó las batallas que libré en esa subida contra Nidia, muchas de las cuales perdí he de confesar.

En el camino, especialmente en los tres kmts finales, estuve a punto de subirle la categoría al Alto de las Margaritas y ponerle el grado de fuera de concurso, pero luego recapacité y recordé que el entrenamiento aún es incipiente.

En la cima escuché a Héctor quejarse de que iba padeciendo calambres y que pensó no llegar, imagínense, él que ya tiene buen kilometraje, como será uno que apenas empieza de nuevo, pero en juego largo siempre hay desquite

Finalmente estaba sentado junto a mis compañeros, en la baquita de madera dandole la espalda al majestuoso embalse de Neusa, guardando la distancia social, y descansando, todos felices de poder volver a Las Margaritas tras 20 meses de ausencia y satisfechos y de haber logrado subir sin poner pie en tierra.

Tomamos el descenso, cerca a cogua observamos que la carretera tenía unas inconfundibles huellas, pensé que alguna vaca con desorden estomacal habia estado por allí, pero muy pronto tuve la respuesta correcta, nos topamos con todo un hato que llevaban hacia alguna finca lechera, tuvimos que transitar entre los vacunos y esquivar los rastros de tonalidad verde; incluso estuvimos apunto de ser "marcados" cuando alguna de las vacas decidió, de improviso, abrir el grifo trasero y echar sus restos líquidos.

Paramos donde siempre, en la Panadería Bombonieri de Cogua, ahora atienden en la puerta. Quienes acostumbran ir sin desayuno (algo no recomendable) pararon más adelante para tomar su caldito y huevitos, Manuel Alberto y yo tomamos pony y yogurt con Roscón sentados en el andén; como los del desayuno estaban demoraditos nos adelantamos. Llegando a Centro Chía nos alcanzaron.


Gracias a mis compañeros por su agradable compañía y por la tertulia que disfrutamos como siempre.

Nos veremos en la próxima con otra salida que nos conduzca paulatinamente a la reactivación del Grupo, algo difícil más no imposible.

La llama para evitar que el Grupo se acabe, se ha encendido.
Hasta pronto, feliz semana.

Nota: olvidé explicar que el título de esta nota se copió textualmente de la frase que colocó ayer Alberto Rivera en el Chat de los Choquencianos, eran las 7:05 pm y hasta ese momento no encontraba noticias sobre una salida dominical, entonces soltó la frase que colocamos como titular. Le faltó el emoticón de llanto.