No cambio la bicicleta por el teclado...

Buenos p…dos el jefecito de comunicaciones me puso en la misión de hacer la crónica de ésta semana. Qué encarte tan hijuemadre. Para completar hoy teníamos reunión con los papacitos de mi familia que es es bastante grandecita, como se fueron tardecito, me pegué mi buena trasnochada para cumplir con la tarea que me clavaron.

Estuve varios minutos recordando para poder narrarles lo ocurrido, esa joda no es fácil, al final le envié un resumen con esta nota y la crónica a lo chibchombiano, espero que me la publique:

“Por favor me ayudas con esto, acomodando y haciendo lo que sumercé sabe hacer e incluyendo la parte jocosa o cambiando aquí y allí, qué se yo. La información fue recopilada preguntando, pues esto es muy complicado, ya que yo iba como volador sin palo jejejejeje”.

Anilsa


Bogotá, junio 19 de 2011.


Bueno aquí voy...

Bajando por la 80 se veía el cielo un poco gris, casi el mismo tono de la vía que con el paso de los vehículos empezaba su proceso de deshidratación, para absorber las lágrimas de las nubes que habían caído en la noche en forma de lluvia. En algunos tramos había barro. Aunque parecía que iba a llover, me alegró ver que ya estaban bajando grupos numerosos de colegas optimistas que iban a cumplir con su destino, coronar las montañas que circundan la parte sur de la sabana, en sus caballitos de acero y carbono… Huy ya me estoy inspirando y consten que no me he fumado nada…

Ya en Siberia, en los Kioscos, el cielo estaba un poco más despejado pero hacía un frío tenaz. Previamente nos habíamos citado para encontrarnos entre 7 y 7:30 a.m. Casi todos llegaron puntuales, pues como siempre en esta ciudad a algunos se les presentan problemas con la movilidad debido a las cobijas, pues duermen con una nueva encima y una vieja debajo. Faltaban Miguel Granados y Mauricio Ordóñez, los esperamos y conformamos el siguiente grupo:

Mauricio Ordóñez y su amigo Sergio, Daniel Andrés Forero, Jorge Martínez, Alfredo Santacruz, Miguel Granados, Ana Niño, y Yo, Anilsita Gómez, acompañada de mi amigo Milciades. A las 7 y 45 a.m. partimos, Milcíades se quedó con Angie Moreno (esposa de Raúl Montaña), esperando a otra amiga, Katherine.



Andrés y Alfredo condujeron a este grupito de ocho pedalistas hasta Puente Piedra, Jorge iba a la retaguardia para asegurarse de que el grupito marchara completo. En Puente Piedra nos alcanzó Milciades con sus amigas Angie y Katherine.

En el largo camino una buena cantidad de ciclistas fue pegándose poco a poco agigantando el grupo; es que la belleza en bicicleteros atrae, imagínense: Angie, Katherine, Anita y bueno por supuestamente yo…

Angie, Anilsa, Anita y Katherine

Así llegamos a Subachoque, entreverados en un grupo bastante crecidito. En Subachoque; Jorge ganó el remate para coronar el pueblito.

Nos reagrupamos al tomar la vía al alto de Canica. Mauricio Ordóñez quiso dárselas de avión y se nos voló, esta chancita no se la perdonó Andrés que se fue, lo cazó, lo pasó y al final le clavó cuatro minutos, tome pa que lleve. De pura chismosa me fui escoltada por Miguel, Alfredo y Jorge a ver qué pasaba con esa pelea, tan optimista yo cierto?. No solo nunca vi a Mauricio si no que nos metió casi cuatro minutos el mugroso ese y eso que Miguelito me pegó unas buenas empujaditas en el último kilómetro, bueeeeno no tantas.

En el coge coge nos olvidamos de la pobre Anita, a quien le tocó subir solita, por sus propios medios; a falta de buenas manos caritativas tuvo que sacar a relucir su casta y verraquera. Va a tocar dejarla solita siempre pues ella puede carajo!!. Solo le sacamos dos minutos. Luego llegaron Milciades, Angie y Katherine. En el alto nos encontramos a Alexander Cacua el amigo de Gisella.


En la bajada encontramos a Sergio todo “pinchao”, Mauricio paró para ayudarle y nosotros continuamos hacia Subachoque en donde paramos para darle de comer al cuerpito pues el alma ya estaba llenita con el ascenso a Canica. Ahora si a quemar los pandebonos...

Salimos a Buscar la meta final en Siberia. Con Jorge y Milciades tomamos la delantera, nos perseguían a 300 metros Anita y Alfredo. Miguel y Andrés, tan caballeros como siempre acompañaban a las bellas Angie y Katherine, pero al ver que los estábamos distanciando y que ellas ni los miraban aceleraron el paso para alcanzarnos. Lograron agruparse con Anita y Santacruz., Andrés puso el paso para ir por nosotros, Miguelito llevaba a Anita para que no quedara solita (huy me salió en verso) y le pedía a Santacruz que le ayudara aunque fuera a cortar el viento, pero el ni pastuso que fuera optó por refugiarse detrás, cuidando sus piernitas del viento…

Así armado ese tren nos alcanzaron en Puente Piedra, no obstante que íbamos a 42 por hora. Alfredo Santacruz, tuvo que parar porque su niña, la bici parecía enfermita, Andrés se quedó para ayudarle con los exámenes y curaciones. Pasando el Peaje se unieron al grupo, una vez curaron a la niña.

En el remate Miguel y Andrés se dieron cachucha. A las 10:23 terminamos esta odisea en el día del Padre. A los 20 minuticos arribaron Mauricio y Sergio.

Varios tenían afán de llegar a sus casitas, por lo cual solo nos quedamos haciendo tertulia con Miguel y Anita. Hablamos de todo el mundo hasta de Uds. Los que no vinieron, no se les pusieron coloradas las orejitas?

Bueno colorín colorado este cuento se ha acabado. Espero no rajarme y en todo caso perdonen la mala letra.

Anilsa Yolima Gómez Ruíz.