Bogotá. febrero 16 de 2014
Sexta salida. Siberia- Pradera- Siberia
Una ruta que tiene su encanto propio.
No recuerdo cuántas veces hemos hecho en bicicleta el trayecto Siberia- Pradera- Siberia, muchas, pero no importa para nosotros siempre será una de las mejores rutas, da un excelente fondo y fuerza, pero es de respeto. Aparentemente corta y fácil en el papel, pero en realidad tiene sus dificultades y yo diría que algo de encanto propio tanto para rodadores como para escaladores, pues allí ambos pueden lucirse y hoy lo comprobamos.
Son 71 kmts, cuarenta y siete (47) en terreno llano y 24 en terreno quebrado.
Seguramente el gráfico la hace ver fácil, pero como dicen “vaya y hágala”. Pues hoy fuimos y la hicimos, testigos de que no es tan fácil son nuestros adoloridos músculos y la prueba de su encanto las caras de satisfacción de todos nuestros pedalistas al finalizar la etapa.
Definitivamente el 28 parece se convirtió en el número de la suerte de CicloBR, lo digo porque durante tres domingos consecutivos la cantidad de ciclistas asistentes ha sumado esa cifra. Y es que los matemáticos consideran que el número 28 es "perfecto" porque es igual a la suma de sus divisores, excluido él mismo. Los divisores son 1, 2, 4, 7 y 14, que suman 28. Lo curioso es que no son los mismos 28 los que han asistido, si miran , podrán observar que por ejemplo hoy faltaron algunos que asistieron el pasado domingo, pero llegaron otros que no asistieron la semana pasada.
Hoy debutó en el 2014 el amigo Javier Pirateque, quien puso fin al receso ciclístico con el grupo (porque parece que no se descuidó), ya quedan solo dos o tres en modo de descanso.
El primero en llegar hoy, muy las 7 de la mañana fue Héctor Pedraza, y desde esa hora hasta las 7:50 a.m. lo vimos bastante preocupado observando con nerviosismo la entrada del parqueadero, algo lo inquietaba. En la medida en que iban apareciendo los ciclistas su preocupación iba en descenso; luego descubrimos que como justo hoy le correspondía su turno de conductor elegido, o acompañante solo pensaba que si no llegaban muchos le tocaría buscarle destino al “mecato” o “bomba energética” que traía para entregar a sus compañeros, compuesta por bananos chocoramos, dulces y galletas.
Pero cerca de las ocho de la mañana comenzaron a llover ciclistas del grupo, aparecían por todos los costados. Entonces Héctor volvió a preocuparse, parecía que se superaría la cifra de treinta que había calculado ayer en el supermercado con su esposa. Solo descansó cuando partimos.
Muchas gracias Héctor, estos son los detalles que nos recuerdan cada domingo que tenemos gente maravillosa en este grupo, que no solo sacrifica la montada en bici para acompañarnos y auxiliarnos en carretera, sino que además invierte desinteresadamente en sus amigos.
Como los pilotos, hicimos el último “check list”, casco, gafas, guantes, caramañola llena, llantas calibradas, cronómetros en cero y listo… Pradera espéranos que allá vamos.
Diez kilómetros hasta la rotonda de Puente Piedra, una distancia apenas suficiente para calentar. Todos giramos rumbo a Subachoque, excepto Eduardo quien siguió hacia el Vino, ¿qué pasó?. Su “carnal” Giaco me aclaró que su familia iba para Villeta, estaban invitados a un almuerzo y él se les adelantó en bici, había convenido que en el camino lo recogerían; pero conociéndolo bien de pronto llegó a la Vega si no es que a Villeta.
Nos quedaban 14 kmts de plano y se hicieron a buen ritmo; por allá adelante vi a los Duarte tirando del lote y poniendo paso seguidos de Carolina que no cedía. Hoy como nunca teníamos bastante tráfico en esa vía y para completar coincidimos con la hora de la recolección de leche, el camión paraba recogía, nos adelantaba y volvía aparar.
Cuando se asomó el primer repecho, la subida a la Virgen, se acabó el tratado de Paz, los 100 metros de la entrada a Subachoque confirmaron que ya estábamos en plena batalla.
En la plaza retornaron Álvaro Cuervo, Edgar Dimián y Carlos Huérfano por hoy ese era su objetivo, mientras retoman la forma. Los demás seguimos de largo buscando como hormiguitas afanosamente la salida del pueblo. Una bajadita al pasar la estación de gasolina nos indica que ya estamos en la vía que nos llevará a la Vereda La Pradera, perteneciente al Municipio de Subachoque. El solo impulso alcanza para coronar el siguiente repecho y para ajustar los cambios pues luego tenemos que tomar cómodamente las dos “bateas” u hondonadas. En ese tramo nadie quiere quedarse, de sobra saben que sigue una bajada profunda y enseguida el temido repecho de La Herradura, (vaya nombre curioso pues no se parece a ese elemento ni tiene forma de U), una cuesta de 100 metros, corta pero exigente, siempre sirve como tamiz para seleccionar el lote, quien logre subir entre los primeros ya tiene una buena ventaja.
Arriba se conformó el pelotón de vanguardia: Pablito, William Duarte, Giacomo, Jacinto, Melquisedec, Molano, Alberto Otálora, Márquez, Alejandro y Alirio Lagos. Más adelante los siguientes repechos filtraron aún más hasta que en punta de ese grupo solo quedaron Giacomo y Jacinto; pese a que se armó la jauría para cazarlos la pareja italo-boyacense supo mantener la ventaja hasta la entrada a la Pradera, nos ganaron pero no por mucha distancia..
Luego fueron llegando Reinaldo, Miguel, Diego, Carolina, Marcolino y los dos Javieres Pirateque y Benavides, Jorge Alberto, Gabriel y Nidia.
Diana y Jaime decidieron esperar a “Fer” , venía luchando a pierna partida ensayando su “Camel back” o bolsa hidratante de espalda, lo escoltaron hasta Subachoque donde los esperábamos.
Esta fue solo una batalla, pues la guerra se libró al regreso. Diana Fernando y Jaime descansaron un poco y tomaron la iniciativa en la salida buscando una distancia de separación antes de que partieran todos. Nidia dejó pasar ese bus y decidió esperar, pese a que le aconsejamos seguirlos, me imagino que ya aprendió la lección, es mejor aprovechar cualquier ventajita pues el regreso por lo general es de sálvese quien pueda y no siempre habrá ángeles de la guarda en el camino, aunque acá sobran.
Jorge Alberto tuvo problemas con una rueda y de inmediato fue ascendido por Héctor Pedraza a Subgerente de apoyo y medios en la ruta.
Luego partieron Melqui, Alirio, Marcolino, Reinaldo, Javier Benavides, Pablo y Gabriel, me les uní y conformamos una escuadra para llegarles a los Reina - Tavera y les cuento que a pesar del ritmo fuerte que pusimos solo lo logramos pasando la Virgen. Reinaldo tomo la vanguardia y la puso durita. Nos sorprendió Fernando, demostró que el perfil de la etapa al regreso, donde los repechos son menos duros, es su terreno siempre estuvo con el grupo delantero hasta la meta final.
A mí me despegaron en los policía acostados, en La Cuesta; en la rotonda de Puente Piedra me alcanzaron Molanito, Alejo y Cuta quienes venían persiguiendo con todo pero el ritmo del grupo delantero no era para nada suave, sabían que no venían los más duros Giaco ni los Duarte y tenían que aprovechar esa oportunidad de oro. Pese al esfuerzo nos sacaron un minuto en la llegada.
El grupo de retaguardia quedó integrado por Diego, William, Alberto Otálora Javier Pirateque, Carolina, Nidia, Giacomo y Miguel quienes se turnaron para colaborarles a las damas, Nidia venía haciendo un enorme esfuerzo. A la postre perderían cinco minutos con respecto al lote puntero en el que Marcolino volvió a hacer de las suyas en el remate.
Como les anticipé el regreso fue una verdadera batalla, tres lotes, algunas diferencias relativas, pero un común denominador, duro trabajo individual de todos en ese terreno plano y ondulado que se prestaba para que cada uno pudiera demostrar el nivel en que se encuentra luego de solo seis salidas en el año.
Descansen y nos vemos el domingo en El Sisga, otra bonita etapa, afrontaremos una cuesta larguita que será el abrebocas de lo que nos espera en marzo.
Feliz semana.
PD:
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