La semana
pasada escuchando la "W" de No
me cuelgues Julito, conocí el escándalo
que suscitó la publicación
del video en el cual un cura degenerado,
de apellido Rozo, confesaba las atrocidades
cometidas contra un sobrino. Hasta ahí,
la noticia no tenía mayor trascendencia
para mi, pues lamentablemente la Iglesia
Católica nos ha acostumbrado a este
tipo de escándalos de curas pederastas
y las consecuentes artimañas para
ocultar los casos.
Posteriormente me sorprendió escuchar
que recientemente el Gobernador de Boyacá
había otorgado una condecoración
al infame sacerdote Rozo (pensé que
seguramente su nombre debería ser
Kako). La condecoración obedecía
a que el cura se había destacado
como ciclista en su juventud y como promotor
de ese deporte.
Pensé: menos mal que nosotros no
tuvimos nada que ver con el “curita”
ese, pues creo que lo hubiéramos
colgado de la caramañola si hubiera
mostrado sus debilidades.
Como verán más adelante,
estaba un poquito equivocado…..
El
viernes 29 de septiembre el periódico
El Tiempo publicó una nota amplia
sobre el caso y allí se mencionaba
no solo el prontuario del enfermo mental
ese, si no su trayectoria en el ciclismo.
De pronto recordé que hace algunos
años (no puedo precisar cuantos,
pero creo que unos diez) uno de los integrantes
de CicloBR nos mencionó que conocía
a un curita que era muy buen ciclista y
que deberíamos invitarlo a que se
vinculara al grupo de ciclismo. La verdad
no recordé quien lo mencionó.
Pero si me acuerdo que para ese entonces
había mandado a hacer unas camisetas
para el grupo y le enviamos un par.
Recuerdo que el cura apareció un
domingo y nos acompañó en
una subida desde San Francisco, pero nunca
volvió a aparecer y se robó
las camisetas..Hasta aquí no estaba
seguro que se trataba del mismo cura, pero
presentía, no se porqué que
era el mismo.
Al día siguiente, aprovechando que
teníamos entrenamiento en la ciclovía
del Club, le pregunté al profe a
Alvarito y a otros ciclistas y en efecto
todos recordaron que se trataba del tal
cura Rozo.
Hay juepu… de la que nos salvamos!!
Me recordaron que fue Cesar Cortés,
quien lo invitó. Lamentablemente
le perdimos el rastro a Cesar para que nos
contara algo al respecto.
Más tarde en la cafetería
me sorprendió al escuchar a mis compañeros:
Alvarito
Campo contaba que cuando un grupo de ciclo
montañistas organizaron el viaje
al cabo de la Vela, al que asistieron el
y Alejandro Rodríguez, se alojaron
en Barbosa en el mismo Hotel en el que el
cura estaba, y allí en la noche les
dictó una conferencia, sobre sus
hazañas ciclísticas. Cuenta
Alvaro que casi los duerme.
Me
imagino que eso tuvo que traumatizar al
pobre Alejandro.
Entiendo ahora perfectamente porqué
en cada salida a carretera revisa la transparencia
del tejido de las pantalonetas de ciclismo.
Lo hace de buena fe y por nuestro bien,
pues el cree que es posible que otros curas
degenerados anden por ahí sueltos..
Hay juepu… de la que se
salvaron Alvarito y Alejandro!!

Luego
Marcolino Barrera remató contando
que el de joven lo conoció (tranquilos
Marcolino tiene cara, pero nunca fue acólito).
El viejito ese organizaba para entonces
ciclopaseos a Ecuador, a Cali a la Costa
y a otras partes del país.
Mencionó Marcolino que el cura Rozo
siempre andaba con muchachos y que desde
entonces tenía fama de "desviado".
El pobre Marco alguna vez quiso asistir
a un cliclopaseo, pero nunca lo logró
pues el cura pedía unas cuotas altas
para cada viaje y el no contaba con recursos.
Hay juepu… de la que se
salvó Marcolino!!
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