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Bogotá, junio 8 de 2025

Crónica a cuatro manos. Orlando M.y Javier Velandia

6,5 de pendiente media en el ascenso y 6,5 de intensidad en el sismo de hoy

 

- Orlando: Hagamos una cosa yo narro la introducción y Ud. que vivió la etapa completa hace el relato de la etapa, ¿vale?

- Ok listo!!.

 

INTRODUCCIÓN

Salimos de Bogotá rumbo a Centro Chía, el punto de encuentro para la etapa programada: visita a la Represa del Neusa, un puerto de montaña de categoría "muy agradable".

Un dia opaco, intermitentes gotas en el parabrisas hacían presagiar lluvia, pero el deber nos llamaba. Pasando el peaje el piso estaba seco, pero al llegar a Centro Chía encontramos indicios de que no hacía poco tiempo había llovido.

De los 15 confirmados Marcolino se había excusado, no podía asistir, seguramente tenía que acompañar y asistir a su esposa Margarita en los procesos de diálisis, no se preocupe Marco ya habrá otra oportunidad.

Estaba colocándome el disfraz de pedalista, cuando se acercó un joven de barba y uniforme verde gris, me saludó amablemente, inicialmente no lo reconocí, pero una vez habló me di cuenta de que era nuestro amigo el triatlonista que por varios años hizo parte de CicloBR:

Rey vio la programación y quiso acompañarnos pues no conocía la repavimentada vía al Neusa. Un grato placer saludarlo y un honor que nos acompañe hoy.

De esa manera, con Rey completamos nuevamente una nómina de 15 pedalistas, parece que es lo que hay...

Como bien lo enseñan las imágenes captadas por Javive en este video, todo listo, para iniciar la aventura de este domingo.

El cielo abrió un poco y se asomó el astro rey, lo mejor era partir pronto, tomamos los bananitos, herpos y deliciosos bocadillos que nos trajo el Chinazo, nuestro conductor elegido, quien para no perderse una hermosa etapa contrató un conductor para su auto un verdadero Clásico y Antiguo.

Llevábamos apenas unos 30 minutos rodando cuando en sus celulares las esposas de algunos colegas les reportaron un tremendo temblor que vivieron en Bogotá, la verdad no lo sentimos, el conductor del auto del Chinazo si parece que se dio cuenta.

Apreciados lectores, hasta acá mi intervención en el relato; Entonces como lo convinimos le doy el cambio al apreciado colega Javive.

El micrófono es todo suyo, narre Ud. poeta!!.


LO ACONTECIDO HOY

Gracias colega!!

¡Damas y caballeros, entusiastas del pedal y amantes del drama sobre ruedas! Bienvenidos a esta épica y desopilante crónica de la salida dominical de los inquebrantables gladiadores del asfalto, fechada con honor el 8 de junio del 2025. Agárrense bien del manillar, porque esto no fue una simple rodada, ¡esto fue una novela sobre dos ruedas escrita con sudor, llovizna y bananos!

Como lo narró mi colega Orlando hoy le tocó turno de conductor al gran Chinazo, pero no se dejó sacar del paseo. Con visión de campeón, contrató a un conductor para su “Lamborspring con freno de Peña”, una máquina tan lujosa como misteriosa, equipada con bananos de exportación y cortaditos de leche que causaron más suspiros que un gol de James en el Mundial. ¡Gracias, Chinazo, ¡por esos manjares!

La mañana amaneció nublada, con llovizna coqueta y ese frío sabanero que se cuela hasta el alma. A las 7:40am, arrancamos con ritmo suave por Cajicá, templando las piernas y tratando de hacerle el quite al clima. La información que dio en exclusiva mi colega está confirmada a las 8:08 am, cuando apenas estábamos calentando piernas e íbamos a la altura de Cajicá, de repente; ¡BOOM!… Un sismo de 6,5 en la escala de Richter sacudió al país. ¿Y el pelotón? Ni enterado. Íbamos tan metidos en la charla que solo lo supimos porque nos empezaron a llamar los familiares preocupados. Parece que en Bogotá hubo evacuación, pijamadas en masa, y Nobile, dicen por ahí, se cayó de la cama por tercera vez esta semana.

Lo bueno: no pasó a mayores. El sismo sí afectó a uno: Alberto Rivera, a quien al parecer se le afectó el gps cerebral y quedó desorientado. siguió derecho hasta el peaje, olvidando por completo el retorno donde el conductor lo esperaba. Por un momento pensó que estaba haciendo la Vuelta a Colombia.

Mientras tanto, el pelotón se dividía en dos: los punteros Javier Fernández, Luis Heber, Oscar, Rinaldo, Chinazo, William, Orlando Carrillo, Pulga y Henry empezaban a escalar el Neusa, ese mítico puerto que sube como un poema doloroso, estrecho, húmedo, con rampas que hacen sudar hasta al ego. Ninguno quería regalar un solo centímetro. En la retaguardia, el “grupo de observadores paisajísticos”: Guillermo, Orlando Márquez, Duber, Wilfran y Velandia, quienes no veían la necesidad de apurarse, el ritmo lo marcaba Orlando M., con eso les digo todo.

Duber iba encantado hablando por celular, mi amor te he marcado varias veces... cómo te fue con el temblor?. .Cuando perdía la señal se puso a cantar rancheras en su propia composición: "Ya vamos llegando a Pénjamo, acompañando al al Sr Orlando, ya brillan allá sus..." entonces comenzó a lloviznar, le dijimos se quedó callado y paró la lluvia, esas nubes guardianas del Neusa son sensibles, y muy colombianas, seguro se sintieron ofendidas con el tema musical mexicano.

A tres kilómetros de la cima, don Guillermo probó que el que sube despacio, llega más fuerte. Alberto, ya orientado, recuperó terreno y terminó remontando con orgullo, como buen llanero perdido. Y Reinaldo, el invitado silencioso, ¡subió como si tuviera cohetes! Fuera de categoría. Solo Javier Fernández se le acercó con su estilo de "muero, pero no aflojo", seguido por Henrry y Oscar en modo escarabajo. Chinazo, Pulga y Carrillo llegaron con garra, mientras el grupo de atrás coronaba sin gloria, pero con la dignidad intacta.

La foto de portada en la represa, un tintico y a desanda el camino. Primero paramos en el restaurante del hermanastro de Egan Bernal (aunque ya parece del primo lejano de Rigo), nos acomodaron en dos mesas: una VIP y otra de “los demás mortales”. La señora que tomaba pedidos parecía jugando a las adivinanzas: "¿Cuántos huevos eran?", "¿Esto lleva queso o no?", "¿Y la aguapanela de quién era?". Por suerte, William sacó su liderazgo y organizó el caos. La mesa VIP, reservada por Guillermo Oscar y la amiga de Duber, fue atendida a cuerpo de rey, mientras en la otra, las caras largas y los estómagos vacíos dominaban la escena. Alberto, siempre sabio, se echó una siesta restauradora ... antes de comer.

Conclusión: hay que cambiar de restaurante.

Después del desayuno eterno, el grupo inició el descenso del Neusa con cautela. Vía angosta, mojada y con tráfico de ciclistas que venían subiendo. Orlando Márquez, previsor como ninguno, se subió al Lamborsprint. No mojarse es también una victoria. Alberto y Henrry lanzaron la fuga sorpresa en el descenso, y les funcionó. Henry llegó segundo a un minuto del, enérgico Rivera, cuya siesta tuvo más cafeína que el propio tinto.

De regreso a la civilización, el pelotón comandado por Wilfran se mantuvo unido como familia en navidad... hasta que empezó la variante de Cogua-Zipaquirá, donde la lluvia arremetió como chisme en barrio pequeño. Guillermo casi se sube al carro, pero Wilfran lo convenció con palabras mágicas: “¡Vamos, compadre, que el barro rejuvenece!”.

Ya empapados, con los dientes tiritando y la cara llena de barro, entramos a Cajicá. Pero como es tradición... ¡nadie quería llegar sin batallar! La velocidad se disparó, los dientes se apretaron y el sprint final fue más intenso que novela turca. William lanzó el primer ataque, iba como bala... pero Wilfran, fiel a su estilo, se le agarró del sillín, deteniendo su avance. ¡Y ahí lo aprovechó Javier Fernández! Quien lanzó un ataque seco, preciso y mortal. ¡Honroso tercer puesto para Javier!, Alberto le tomó 3 minutos. William, a punto de llorar como el famoso personaje:

Entre bromas decíamos que, de pronto con la ayuda de Alberto podía demandar la carrera. Pero no te enojes, po favor Willy todo es una broma, porque te queremos.

Terminamos la etapa empapados, y embarrados "por ambas caras", pero felices, como niños después de jugar en el lodo. Felicitaciones a Alberto a Henry y a Javier Fernández, los grandes ganadores de esta jornada épica. Javier siguió su ruta en bici, Duber se despidió rápido, y el resto fuimos al parqueadero a guardar la bici y compartir en la tiendita de siempre. ¿Alberto? Pues... nadie lo volvió a ver. Dicen que se fue en busca de otro desayuno... o de otra siesta.

¿Y el amigo Rey?. Subió, pero mientras desayunábamos bajó raudo, quería ir pronto a casa lo preocupaban el sismo, su esposa, la mascota.

Hasta la próxima, guerreros del pedal. Que la próxima etapa venga con más risas, menos lluvia y una señora que sí entienda los pedidos. ¡Rodar o morir!

Narró para ustedes: El relator del barro, cronista de la rueda y poeta del plato grande.

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PD: en el curso de la semana haremos una consulta popular, para saber si el próximo domingo, día del padre tendremos quórum para la etapa, o los papitos y abelitos se van a quedar en casa destapando regalos.