Crónica por: Nidia Esther Romero
Un día con poca asistencia pero con mucha valentía

Queridos amigos de Ciclobr´s:
El día de hoy quise tomarme el atrevimiento de escribir la crónica de la salida realizada esta mañana, que aunque lluviosa, fría y gris, no dejó de ser hermosa. Antes que nada, nuestro aplauso y halagos para Fabio Duarte y Nairo Quintana, orgullosos portadores de la tricolor en el famoso Giro de Italia, ubicados hoy en las casillas 10 y 13. Estamos seguros que en lo que queda de esta sorprendente competencia nuestra bandera estará en la cima del podio, no porque tan solo ese sea nuestro deseo, sino porque la disciplina, constancia y fortaleza de sus mentes y piernas brindan la certeza y de que ello ha de ser una realidad. Por otro lado, no desconocemos la labor de Edwin Ávila, quien fue declarado fuera de control por el tiempo en desventaja a causa de un dolor abdominal que le jugó en contra, pero estaremos atentos a saber mucho más de este patriota, y no dejamos de expresarle todo nuestro orgullo y entusiasmo porque más o menos sabemos todo el sacrificio y disciplina que se requiere para llegar a esas instancias. ¡Mucho ánimo Edwin!
El día de ayer, sábado 17 de mayo se celebró el día de Internet. En esta nueva era digital y de la virtualidad en la que supuestamente todos estamos conectados muchos nos replanteamos en relación a la manera como "interactuamos" con los demás, y a decir verdad, como le decía a un querido amigo hace unas semanas, "yo prefiero que me digan las cosas en la cara y no por whatsapp". Mi invitación personal, y espero que estén de acuerdo conmigo, es a desconectarnos un poco de estos aparatos que se han apoderado de nuestras vidas y retomar esas charlas personales con la familia y amigos, darnos la oportunidad de mirarnos a los ojos, sonreírnos, abrazarnos, reír y compartir de una manera sana y respetuosa, aprovechando la oportunidad de auto-reconocernos como seres humanos y saber apreciar en los demás el valor de esa sonrisa, abrazo y mirada, no como una obligación o algo meramente circunstancial, sino por el deseo mismo de exaltar esa oportunidad maravillosa que ofrece la vida de contemplar lo diferentes y únicos que somos.
Ahora bien, en relación a nuestra salida del día de hoy, hay muchas historias para contar. En lo personal –y como chisme de la semana- por fin compré los choclos y los pedales el día miércoles, y aunque la preocupación por su manejo no me dejaba tranquila, hoy me levanté a las 5 de la mañana para vestirme no solo con la camiseta del grupo, sino a también portar un poco de valentía para poder manejarlos en el terreno, en vivo y en directo. Tal sería mi perturbación que a las 7:15 am estaba en el punto de encuentro ensayando antes de que cualquiera llegara para tener algo de idea en el manejo de estos aparatos. Debo confesar que me siento algo amarrada o atada a la cicla, como si perdiera parte de esa libertad por la que tanto lucho y en la que me gusta pensar cuando a alta velocidad el viento roza mi cara. Me imagino que es cuestión de costumbre.
Reinaldo fue el segundo en llegar al punto de encuentro, no se percató desde el inicio de mi presencia en la autopista. Luego, como siempre y muy puntual, llegó Orlando Márquez y también nuestro querido médico Andrés, a quien hace varios meses no veíamos; para él, un caluroso abrazo y le expresamos nuestro agrado por acompañarnos cada vez que puede, esperamos contar con su presencia más seguido. También se hicieron presentes Gabriel, Anita, William Bolaños y, por su puesto, nuestro conductor elegido William Trejos.
La baja temperatura, las abundantes nubes grises y la constante llovizna fueron motivo de agravio para muchos. Algunos quedarían en sus camas arrunchados mirando la etapa del Giro de Italia, mientras otros, a pesar de su esfuerzo y motivación tuvieron que dar media vuelta a volante y pernoctar a sus casas, pues el trancón en la autopista era cosa de locos, caso que le pasó a la familia Purgarín González, Guillermo, Cristian, Fandiño y Manuel.
Por otro lado, se supo que Miguel, quien regresó esta semana de Estados Unidos luego de visitar a su familia, tuvo una cita médica el día de ayer en la que le impidieron hacer cualquier esfuerzo considerable en los próximos días. Le deseamos pronta mejoría y esperamos que el encuentro y tiempo con sus hijas, hermanos, madre y demás familiares haya sido de total agrado.
Uno de los personajes a resaltar fue Nóbile, a quien muchos llamaron para saber si ella y su familia llegaría al punto de encuentro a pesar de la lluvia, a lo que ella respondía: "eso usted sabe que la lluvia luego escampa, no es que esté lloviendo duro", con esto le subió los ánimos y la quitó la pereza a más de uno, pero así con las cosas, no la vimos llegar.
Eran las 8:00, 8:15, 8:30, 8:45 am y la lluvia no escampaba. Tinto y café se presentaban en la mesa de Ciclobr mientras los ciclistas de otros grupos tomaban su caldo y partían con valentía a sortear el camino lluvioso. Luego, Andrés expresó: "yo soy valiente pero no un héroe", queriendo decir que no montaría su bicicleta en esas condiciones, y Márquez justifica su reciente gripa anunciando que no deseaba que esta se volviera a manifestar.
¡No puede ser!, yo compré mis choclos, mis pedales, hasta estrené guantes, me vine equipada como nunca antes… no señores, ¡Yo salgo porque salgo!. Aunque Anita también anunció no participar en la marcha, Reinaldo, Gabriel, Bolaños, y quien les habla, la digna representante de las mujeres por el día de hoy, Nidia, nos dispusimos a ponerle la cara al frío viento y a la lluvia. Un refrigerio de bananos, gelatina de pata y mandarina nos aguardaba en la camioneta de William, muchas gracias por el detalle. Debo mencionar que la ventaja de esta poca asistencia es que comimos el doble. A un minuto de salir, y ya siendo más de las 9:00 am llega Javier a toda marcha pensando que ya habíamos salido.
¡Que bien!, ahora sí, a lo que vinimos vamos señores, no seremos muchos pero somos machos, bueno, y mi persona. ¿Cambio de ruta?, ¡pero por supuesto!, no podemos hacer ese recorrido hasta Guasca con este tiempo, aunque le dije a mis compañeros: "15 minutos luego de que partamos comienza a despejar y el sol asomará" y así fue. La llovizna se hizo más tenue y poco a poco las nubes comenzaron dar paso a mi amigo el sol.
Un inicio retardado pero con todo el entusiasmo que amerita cada domingo. William Trejos, como conductor, Anita como valiosa y hermosa reportera gráfica, y los cinco necios pedalistas que insistimos en no perder nuestra madrugada. Los cateyes marcaban entre 27 y 32km/h, un ritmo moderado que nos permitió mantenernos juntos, a veces por parejas y a veces en fila india. En la cabecera y marcando el paso desde el punto de encuentro hasta el puente de Tocancipá estuvo Reinaldo y Gabriel, luego, pernoctamos hacia Almaviva para subir la vereda de Yerbabuena del municipio de Chía, punto hasta el cual alcanzamos a subir a los 40km/h aprovechando que el cielo abrió.
Nuestro impermeables estaban empapados, nuestros rostros fríos, las manos congeladas, pero nuestros corazones estaban ardiendo por esta salida en la que decidimos ser un poco más valerosos y demostrar que no hay escusas, que cuando se quiere se puede, y así fue.
Finalizando el primer circuito de despiden de nosotros Trejos y Anita, muchas gracias compañeros por su compañía. Tomamos el retorno y comenzamos la cuesta de Yerbabuena. Ufff, vaya que es empinado el primer kilómetro, pero no importa, y en mi mente decía: "Nidi, si subiste Iconozo, ¿cómo no vas a poder con esta cuesta?, ¡vamos, vamos, adelante, yo puedo!", luego recordé que no practiqué cicla sino una sola vez en estos 15 días, troté, subí Monserrate pero no le dediqué tiempo a mi bicicleta, y dudé.
Javier, como siempre, delante de todos, nada que hacer, él tiene el físico y la fuerza. Reinaldo, a quien nunca había analizado, a unos pasos míos, "a lo mejor el sí entrenó", dije en mi mente. Luego seguía mi persona, distraída pensando en los benditos choclos, en cada detalle de lo que sucedía para poder compartir la crónica del día y en mi lamento; muy cerca estaba Bolaños, dispuesto a alcanzarme, y Gabriel … ¿Gabriel? ¿y dónde viene Gabriel? A lo mejor nos encontramos todos arriba al finalizar.
Esta carretera estrecha de doble sentido, empinada y con curvas cerradas era un desafío para mí. En una de esas curvas de alta inclinación y con mal estado en el asfalto perdí el control de mi equilibrio y tuve el típico accidente del estreno de los choclos, lo bueno es que vencí el miedo en su manejo, y, como todo en la vida, tuve una mano amiga que me acompañó, me ayudó a levantarme y me esperó: muchas gracias William. "No importa", pensé, al igual que en muchas circunstancias, es cuestión de levantarse, limpiarse los raspones y ponerle actitud al asunto; no hay tiempo para llorar el dolor de la rodilla o para renegar de la ventaja que el otro me tomó, es tiempo de seguir adelante, y así fue.
Con la seguridad de seguiría escoltada por Bolaños di nueva marcha a mi compañera de dos ruedas. Luego de unos minutos miré atrás y busqué, ¿y qué se hizo William?, mmm, ni idea. A la altura del cruce del Codito estaban Javier y Reinaldo indicándome cual era el camino que debía seguir. Bueno, ahora estaba en la cabecera del grupo, pero de seguro Javier me alcanzaría, por lo tanto, mi mejor esfuerzo estaba a prueba. Desafortunadamente un calambre se apodera de las piernas de Javier, pero sabemos que las ganas es el remedio en estas circunstancias. Disfrutamos de un paisaje muy bello, contrastado por casas muy lujosas y muy humildes, pero nada como la belleza natural de los árboles y las demás plantas que posan a lado y lado de la carretera.
En la cima, el encuentro fue sorpresivo, éramos 5 y llagamos 4 "¿alguien me puede decir dónde carajos está Gabriel?" Pasaron 10 minutos y no apareció, lo perdimos, a lo mejor se devolvió, a lo mejor no le ha pasado nada malo, pero la preocupación como compañeros y como grupo es inevitable. Bajamos con paso moderado esta inclinada cuesta y no le vimos en ninguna de estas curvas, llegamos al inicio de la cuesta y tampoco le vimos, lo llamamos y no nos contestó. Bueno, esperamos que todo esté bien.
Seguimos el recorrido ahora hasta Briceño, para este entonces las nubes comienzan a condesarse nuevamente hacia el norte de la carretera, pero guardamos la fe de que el tiempo está a nuestro favor, o de lo contrario, nosotros nos ponemos a favor del tiempo, es decir, no importa si llueve de nuevo, seguiremos pedaleando hasta llegar al puente de este municipio y regresar sanos y salvos a Almaviva.
Las ganas de rematar no se hicieron esperar, algunos 45km/h alcanzaron a superar los cateyes, y yo, como digna representante de las fuertes mujeres del grupo, no quería verme débil ante estos fuertes caballeros. Al final, y para envidia de aquellos que no lograron llegar, el tibio calor del sol acompañó a este reducido grupo en parte importante del camino. Sin importar el tiempo o el kilometraje, hoy vencimos la pereza y nos recargamos por ocho días más de esa espléndida energía que brinda la dicha de haber compartido la salida dominical.

En entrevista con nuestros compañeros, a quienes grabé con mi celular, me expresaron que nunca dudaron en que saldrían a realizar el recorrido, que no estaban dispuestos a perder la madrugada y que tenían un compromiso de entrenamiento para el fondo de Canondale. Mil gracias por su compañía, entusiasmo, valentía, necedad y esperamos poder disfrutar de la compañía de TODOS el próximo domingo con el fin de compartir ese abrazo, beso, sonrisa y presencia única de cada desde su particularidad llega dispuesto a ofrecer.
No dejen de visitar el para ver las fotos del día.
Con cariño: Nidia Romero.
Nota: Gracias Nidia y Felicitaciones, adelante que el cronista ya casi se pensiona!!
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