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Un nuevo triunfo del Ciclismo Colombiano
Cuando me disponía a "colocar el papel en la máquina de escribir" para redactar la crónica ciclística de hoy, a través de www.mundociclístico.com me llega la noticia sobre el triunfo de nuestro Nairo Quintana en el Tour de San Luis en Argentina.

Además Julián Arredondo se ubicó cuarto a 2:54 y Walter Atapuma concluyó en el noveno lugar a 3:51 de Quintana, es la mejor figuración de los pedalistas nacionales en ocho años de esa competencia.
. ¡Vamos por el Giro Nairo!!, y que el pódium en el Arco del Triunfo en Paris lo espere hasta el 2015.
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Bogotá enero 26 de 2014
Nos embolataron 16 kmts
Historia de un complot y del soborno con pandebono.

Concluimos otro delicioso recorrido ciclístico por la sabana de Bogotá el tercero del 2014 y el último en terreno completamente llano programado en esta pre-temporada, para darle agilidad a nuestras piernitas que a partir de febrero tendrán que probarse en terreno montañoso.
Continúan reintegrándose ciclistas al grupo, hoy por ejemplo decidieron dar por terminada la pausa y reiniciaron prácticas: Giacomo Criscione, Jacinto Cuta y Alejandro Rodríguez. Ya son entonces 27 los pedalistas que han comenzado a rodar, quedan menos de 10 quienes seguramente irán apareciendo paulatinamente, ojo que ya veo a varios volando y les van a tomar mucha ventaja.

El menú ciclístico para hoy había sido definido ayer en un “petit comité” en el CDCH. Inicialmente se había planteado hacer un recorrido un poquito más largo que el del domingo anterior, para mejorar en fondo, pero por mayoría se decidió repetir la dosis de plano del pasado domingo: dos circuitos en Puente Piedra Rosal y luego una corta visita a Subachoque y regresar a casita todos felices.
Regresó Gabriel Uribe, con su dedo inmovilizado, tenía prohibido salir a montar pero desobedeció a su médico. Vimos a Caro algo coloradita, como apenada, pero la verdad, por más que averiguamos no pudimos establecer la causa.

El que si estaba colorado pero de la piedra era Pulga y con toda la razón, el tampoco trajo la camiseta programada, resulta que el año pasado en octubre le prestó su camiseta negro - naranja a Jorge Alberto Buitrago para la Clásica de la Amistad y hasta el sol de los venados. Hoy justo nos correspondía utilizar ese uniforme, Jorge prometió enviarla con su vecino Pedraza y le falló, por lo cual andaba de “malas pulgas”, como dijimos, con justa razón pues no le gusta ser “el parche” en las salidas dominicales.
Era una mañana fría, desde que llegué al parqueadero me dediqué a monitorear las nubes, hacia el occidente se veían cargaditas de agua, pero por momentos parecía que querían despejar el cielo, algunos no confiaron y decidieron colocarse su impermeable, los más optimistas estábamos seguros que el astro sol no nos fallaría hoy, ya veremos si nos equivocamos.
El lote conformado por 21 pedalistas () partió en busca del peaje de Funza, allí giramos nuevamente hacia Siberia, es un tramito corto que nos permite calentar antes de tomar la calle 80 hacia el occidente.
No descuidé ni un segundo las nubes grises allá en el horizonte. En la medida en que avanzábamos hacia Puente Piedra me parecía que descendían un poco, cambiaban a un gris más oscuro. Al pasar la rotonda sentimos goticas de agua en el rostro, me preocupó y paré unos segundos para empacar el celular y la billetera en una bolsita plástica, era mejor prevenir. Como me lo temía, tres kilómetros más adelante las nubes comenzaron su artero ataque y nos rociaron con una fina llovizna hasta llegar al puente del Rosal. Al volver a la 80 la llovizna cedió, el piso estaba totalmente mojado, como si minutos ante hubiera llovido muy fuerte, afortunadamente nos tocó solo la llovizna.
Nos reagrupamos y continuamos hacia la rotonda de Puente Piedra, a los pocos kilómetros el piso ya estaba seco, curiosamente por allí ni rastros de lluvia.
A lo lejos vimos el cruce y nos dispusimos a girar a la izquierda, para volver a hacer el circuito hasta el Rosal. Justo en ese momento un vehículo nos adelantó, Carolina y Miguel rozaron sus bicis y ella fue a parar al piso, afortunadamente la velocidad era mínima, paramos y nos ubicamos a la orilla, revisamos y más allá del susto por fortuna no pasó nada más.
Nos disponíamos a continuar la tarea y seguir hacia El Rosal como habíamos convenido a la salida, pero de pronto oímos a un colega gritando que no hiciéramos el giro hasta el Rosal, que era mejor ir de una vez a Subachoque. “Hey oiga, si estoy de acuerdo, recortemos ese pedazo vamos a Subachoque”, gritaba una dama. En un momento todo era confusión, traté de insistirles en que no cambiáramos la programación, pero ya eran varios quienes pedían el cambio. Se me acercó otra damita y me hizo un ofrecimiento tentador, oye, vamos a Subachoque y te invito un pandebono ¿vale?, sin pensarlo más me uní a los peticionarios, así que cambiamos de planes y giramos a la izquierda vía a La virgen.
En el camino escuché voces inconformes de quienes querían que el recorrido se hubiese hecho tal como estaba programado. Entonces comencé a atar cabos y concluí que hubo un complot o “compló” como diría Leonel Álvarez. Mentalmente armé el rompecabezas y las actuaciones de los protagonistas y como en las novelas de Sherlock Homes me dispuse a desarrollar la trama desenmascarando a los culpables; esto es lo que yo creía que había ocurrido:
“ Un par de kmts antes de llegar la rotonda del Puente Piedra, Alberto Otálora quien no quería ir al Rosal, le pide a Miguel que empuje un poquito a Carolina para que finja caerse y así obligar al lote a parar. Rápidamente aprovecha el desconcierto para arengar y convencer a los que van cansados; luego convence a Dianita y a Fer para que hablen conmigo y me convenzan de recortar el recorrido, disimuladamente les pasa un billete de $5 mil, la propuesta es que Diana me gastaría el pandebono en Subachoque. Para completar el maquiavélico plan Otálora habla con su concuñado Pulga, le dice que mire la cara de Nobile, va muy cansada y le solicita que lo apoye, Pulga le manifiesta que el si quiere hacer el recorrido completo, pero acto seguido observa a su agotada esposa, cambia de parecer y solo le promete que se quedará callado, con lo cual consigue neutralizarlo. Un plan perfecto, ¿no les parece?.
¿Pero cómo fue que yo cedí?. Lamentablemente cuando paramos yo tenía hambre y ese pandebono ofrecido causó estragos en mi cerebro, ante el estímulo involuntariamente modifiqué mi conducta y decidí ceder. Entonces caí en cuenta que ese tipo de conductas fue precisamente lo que el científico Paulov llamó "Los reflejos condicionados" o como la llaman hoy: “La teoría de condicionamiento Clásico”, ¿recuerdan las clases en el colegio?.
En el camino hacia Subachoque no podía sacar de mi mente la imagen de ese pandebono; afortunadamente recordé que hoy los Pulga, muy amables como siempre, nos trajeron Herpos y el mío lo llevaba en el bolsillo, me volvió a la vida. !Carajo! Si me hubiese acordado antes, no habría actuado como un sumiso perrito hambriento, con el perdón de Alirio quien hoy nos acompañó.
Tres kmts antes de iniciar la subida a la Virgen aparecieron las temibles nubes grises, pensé en sugerir que nos devolviéramos pues la lluvia era inminente, pero me dio miedo que me volvieran a convencer, esta vez con una deliciosa avena helada, pues iba con bastante sed y llevaba poco líquido.
Llegamos a Subachoque la parada programada para descansar, pero desafortunadamente el amago de lluvia nos obligó a apresurarnos en la salida, algunos decidieron partir antes de que yo terminara de saborear el tintico con pandebono. Vi que Dianita pago la cuenta con un billete de $10 mil y ni siquiera me miró. Yo cancelé mi pandebono y el tinto y partí con los que aún quedaban, pues las gotas de agua ya eran más frecuentes.
Adelante había salido un grupito en donde iban Pedraza Nobile y Alejandro, quien pinchó y no tenía repuesto; afortunadamente para él se habían pegado a un lote que llevaba carro acompañante y lo remolcaron.
Tuvimos llovizna hasta la mitad del camino a Puente Piedra, de pronto el piso estaba seco y el sol brillaba. Por lo visto parece que las nubes grises hoy estaban trabajando solo en el municipio de El Rosal.
Así en medio de un soleado dia, Llegamos a Siberia, satisfechos por los 70 kmts que hicimos.
Allí descubrimos que faltaban Otálora Carolina y William Duarte, alguien comentó que ellos habían girado en Puente Piedra hacia El Rosal para completar los 82 kmts del recorrido original; lamentablemente no tuvieron la gentileza de avisarnos; seguro que varios de los que abogamos por no cambiar la programación los habríamos acompañado.
Como le pasaba a Watson, me quedé sin entender porqué quien nos indujo a no ir al Rosal, si completó el recorrido que le parecía muy largo.
En conclusión: Algo no estaba bien en mi novela. Si Dianita no me gastó el pandebono y pagó con un billete de $10 mil y si quien aparentemente no quería un recorrido tan largo al final si lo hizo completo, entonces quedaban sin piso las bases de mis conclusiones Sherlockianas. "Elemental mi querido Watson"
Así pues me tocó revisar toda la teoría del tal “compló” que armé en mi cabezota; no me queda más que devolverle la honra a Alberto, a Diana a Carolina, a Miguel, a Nobile, en fin, a todos los demás protagonistas del guión novelezco que describí en esta crónica, el cual afortunadamente no comenté con nadie; confío en que nunca se sepa, pues qué pena con esos amigos y amigas.
Final de la crónica, Uf!! , casi no logró llenar las dos hojitas en mi “máquina de escribir Remington”
Buen fin de semana.
PD: Esperen la programación oficial para febrero y pilas el médico me prohibió las harinas, así que nada de pandebono.
A CUMPLIR CON LA PROGRAMACIÓN!!
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