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Domingo de reapariciones

Mayo 5 de 2024

El G4 (Grupo de Programación # 4) luego de deliberaciones previas entregó la programación para el mes de mayo, un excelente menú que incluye una novedad, la subida al Neusa, una etapa que no hacemos desde el 2019, debido al mal estado de la vía, la cual al parecer fue repavimentada hace pocos meses:

A su primera convocatoria acudió una docena de pedalistas, cuyos nombres aparecen en la foto de portada. Pachito no quedó en la instantánea pues pasó derecho para iniciar la subida al Vino antes que todos y aprovechar la ventajita y subir tranquilito, con su amigo tinieblo.

La sorpresa del día fue la reaparición de tres de los colegas que estaban en incapacidad: Wilfran, William y Orlando. Esperamos ver pronto al Chinazo; por ahora no será posible que Eduardo Bedoya nos acompañe pues continúa su tratamiento en casa, toda nuestra energía positiva para que el Bedoya mayor, integrante del G4 se recupere pronto, se le extraña.

Wilfran se ofreció como conductor elegido, pero para no perderse la etapita contrató un conductor con Staff Cycling, la empresa que nos colabora con la moto acompañante. William donó los refrigerios en nombre del G4. Muchas gracias a estos dos CicloBrs y aquienes colaboraron en la confección del programa para Mayo.

Como hoy tuvimos una fría mañana luego de las intensas lluvias en la noche del sábado, ameritaba un calentamiento previo que dirigió el profe Pablo, toda una exhibición de flexibilidad, ritmo, plasticidad y equilibrio:

A las 8 y 45 partimos en búsqueda de la cima del alto del Vino

Una de las subidas preferidas de los ciclistas en la sabana de Bogotá, que cada domingo la visitan como un santuario, bien sea para coronar y devolverse o como paso intermedio camino al Chuscal o a la Vega.

Marcolino quien se les había volado en el plano estaba a punto de coronar primero, ya había superado a Pachito el otro fugado, pero William y Fernando le arrebataron el triunfo en la puerta del horno, con razón dicen que no pueden ver a un pobre acomodado.

Esa corta subida tiene su encanto. Hoy uno de los ciclistas que normalmente se la goza, tuvo su calvario; primero trató de pegarse a la rueda de Héctor, luego a la de Jorge, pero como dice Pablito, era inútil "no tenía tanque" Se alegró cuando vio pasar a Alberto Rivera, "esa si es mi rueda", pensó, pero no, definitivamente el problema era real, el cuerpo le cobraba la ausencia de un mes en las carreteras, si hubiera encontrado a Pachito seguramente tampoco le habría podido coger rueda.

Atrás muy cerca Wilfran, Javier y Luis Hebert lo vigiliban de cerca, William a su lado le daba consejos: "bájele un piñón", pero como dice el cuento, "no se oye padre". .. ,

Luis Hebert, que seguía con interés la escena, dijo en voz alta, si le baja un piñón alcanza a Rivera, y oh sorpresa lo bajó y lo, alcanzó, si le baja otro lo pasa, y le obedeció, lo pasó de largo, solo faltaban 300 metros, no daba más pero la gran satisfacción era llegar primero que Alberto. Entonces Wilfran alcanzó a Alberto y le susurró, píquele Ud. lo puede alcanzar y lo pasa, este le hizo caso bajó varios piñones, dejó de observar su medidor de cardio y sorprendió a su "enemigo", pasó de largo, faltaban solo 50 metros pero fueron suficientes, para dejarlo atrás y frustrado, tanto que no quiso medírsele a la bajada a la Quebrada del Vino, se acogió a las recomendaciones de Pablito, si no hay tanque mejor al carro acompañante, pero para su desgracia el carro paró casi al comienzo de la bajada a la Quebrada, no lo vio y se pasó al otro lado a tomar aguadepanela y luego regresar a Siberia, le avisó a Marcolino.

 

Alberto, Pacho y Marcolino bajaron hasta la Quebrada del Vino, esperaron a que Pachito comprara su pepita de Xdol y a que se la tomara con un tintico, luego emprendieron camino hacia el Vino. Marcolino les metió la mano.

En la Arenera los cogió la lluvia, Alberto paró para colocarse su impermeable tipo chuspa y Marcolino como no lo había traído siguió de largo y llegó primero a Siberia.

Jorge, Fernando, Javier, Wilfran, Héctor, Pablo, y Luis Hebert bajaron hasta el restaurante la mona (tres kmts antes del Chuscal).

Como quien les narra no tenía información del grupo que descendió hasta donde lo de La Mona, Wilfran me colaboró enviando una minicrónica que redactó Javier Velandia vía whatsapp, a grandes rasgos cuenta cómo les fue:

Buenas tardes Wilfran, a la mona llegamos Jorge Bernal y yo.
Después Pablo, tu y Luis Hebert y de últimas Fernando. Pedraza creo que llegó de terceras
En la subida hacia el Vino, resaltar que estuvimos unidos hasta la Quebrada, a paso parejo y con condiciones climáticas buenas. Después de la Quebrada el grupo se divide en dos lotes.
Pablo apretó en las rampas del 8%, solo le pude seguir el paso a hasta faltando tres Kilómetros.
En este orden de ideas Pablo llega de primero. Fernando me alcanzó faltando 1.5 km, intentó acelerar para el remate, pero me quedaba algo de tanque y lo rematé al estilo Pogacar jajaja, llegué de segundo y Fernando a los 2 minutos.
Pablo no esperó en el alto de Vino, aprovechó la ventaja y emprendió la escapada de regreso, no lo pudimos alcanzar...
Nos reagrupamos en el alto; en el descenso Jorge Bernal consiguió una importante ventaja, seguido de Fernando y otro compañero que no pude identificar, en medio de estos grupos venía yo, donde le bajé el ritmo para ver si conectaba el grupo de la cola, pero no había señales.
Decidí apretar el paso, hasta que alcancé a Fernando y al otro colega, el objetivo era conseguir capturar a Bernal, al final lo clogramos a 3 km de la meta.
Así las cosas, el orden de llegada en Siberia fue:  Pablo, Javier, Fernando, Jorge...no se quienes llegaron después

 

Volvamos a la historia inicial del colega que tuvo su calvario hoy subiendo a el Vino, les contábamos que se quedó tomando aguapanela en el restaurante del Vino, luego de que Rivera lo apabullara tras el oportuno consejo de Wilfran; Luis Hebert le marcó pero no escuchó el teléfono. William se ofreció a ir a buscarlo para acompañarlo, así el grupo podía bajar a la Quebrada tranquilo.

Como Marco olvidó comentarle a William que el man se habia quedado tomando aguapanela, Willy bajó a mil y le dió duro en el plan, como no lo alcanzaba, pensó que el tipo si había entrenado pues iba con todo. William llegó a Sibería y con sorpresa vio que el perdido no había llegado alli. Finalmente apareció a los 40 minutos más mojado que un pato.

¿Qué le pasó Orlando? preguntó William, pues yo me quedé tomando aguadepanela en el Vino y...

 

Colegas este es el resumen de lo acontecido hoy, cada uno se la gozó en su grupo y afortunadamente todo nos resultó bien.

Nos vemos en la próxima.

Feliz semana para todos.

Agradecimiento especial para Pablito Torres por su colaboración en las redacción de las cuatro anteriores crónicas que resultaron excelentes. Sabemos que esa labor implica un sacrificio, sentarse a escribir luego de una dura jornada de ciclismo para cumplirle a los lectores no es tarea fácil; pregúntenle a Alberto Rivera y díganmelo a mi que he estado en esta tarea durante casi 25 años. Con gusto le haré ahora el reemplazo a Pablito y espero que pronto reasuma su labor como cronista titular para deleite de los lectores de CicloBR.

 

PD1: Hoy supimos que el pasado domingo, camino a casa Fernando tuvo un percance, dice que se le atravesó un borracho y lo tumbó, llegó con las piernas laceradas, afortunadamente no fue grave.

 

Adivinen quien es el personaje y a quién exalta en el tatuaje

 

 

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